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20

Tomando la mano del menor fue como llegaron a la planta baja de la casa, la mesa ya estaba servida, seguramente obra de Winky quien se aseguraba de que el desayuno estuviera listo para el momento en que se levantaba, el había hablado con ella el día previo, pidiéndole que se ocultara del niño, ya que no sabían que tanto le había dicho Petunia del mundo mágico y no quería que se asustara, la elfina había aceptado rápidamente, entusiasmada ante la idea de que cuando el menor se enterara de todo, se pudiera encargar de cuidarlo y jugar con el, la elfina ya tenía algunos años trabajando remuneradamente para él y sabía que cuando el momento llegase, podría contar con ella para cuidar a Harry.

Salió de sus pensamientos cuando sintió como Harry se detenía repentinamente cuando estaban a unos paso del comedor. Extrañado ante la acción del niño volteo a verlo para darse cuenta de que el menor se veía bastante confundido, como si no estuviera seguro de que hacer, mientras su manita libre sujetaba fuertemente el borde de su playera a la par que sus ojos recorrían casi con temor la mesa frente a él. De repente sintió como Harry jalaba de su mano para liberarla, restando importancia del acto continuo caminando hasta alcanzar la silla a la cabecera de la mesa, sin embargo el menor no se movió de su lugar, con su cabeza inclinada negándose a ver lo que tenía delante de si. Más confundido que antes volvió al lado del niño para arrodillarse frente a él.

- ¿Sucede algo Harry? - le preguntó, el pequeño levantó la cabeza para negar rápidamente, sin embargo sus ojos se veían brillosos - vamos a desayunar, ven, estoy seguro que algo de lo que ... he preparado te gustara - intentó animarle, consiguiendo una mirada sorprendida por parte de él niño, sin embargo esta vez lo siguió.

Recordando que el menor debía de evitar realizar movimientos bruscos o esfuerzos, y aún con dudas sobre si lo hacia de la manera correcta, colocó sus manos bajo los brazos de Harry para cargarlo y sentarlo en una de las sillas, que si bien no eran altas para un adulto, si podrían generar un pequeño problema para un niño y no es que no pudiera haber logrado sentarse por si mismo, pero el cargar su peso con sus brazos para lograr sentarse podría ser un esfuerzo que, aunque mínimo, podría repercutir en la lesión que tenía en su cabecita.

Colocó un plato frente a cada uno, esperando que el niño le indicara que le gustaría comer, sin embargo el pequeño parecía tener miedo incluso de sujetar los cubiertos, ni siquiera acercaba sus manitas  a la mesa. Entonces se formó en su mente una explicación, estaba pidiendo haberse equivocado al llegar a esa conclusión.

- Harry, ¿ Tus tíos te permitían comer con ellos? - el niño lo volteó a ver asustado, para después negar levemente como si la acción por si misma le resultara dolorosa.

En ese momento Harry quería llorar, el señor Severus le había permitido sentarse con él en el comedor y ¡Lo había cargado! ... y ahora lo había arruinado, pero no estaba seguro de que hacer, sus tíos solo permitían que comiera algo cuando ellos terminaban de hacerlo y nunca en la misma mesa en la que ellos se sentaban, y es que tenia  miedo de hacer algo incorrecto, quería esperar a ver que hacía el señor Severus para imitarlo, pero ahora se había dado cuenta de que incluso para eso era inútil, y el no le quería mentir, consciente de que eso no estaba bien, aunque sabía que ahora seguramente el hiciera lo mismo que sus tíos. No pudo evitar sentirse triste ante el pensamiento y es que la comida se veía muy rica y el tenía  bastante hambre, pero ahora el mayor de veía muy enojado; quizás le permitiera comer de lo que sobrara, era mucha comida, estaba seguro que al menos podría darle una probadita a algo.

- Harry, quiero que intentes olvidar las ... costumbres que tenían tus tíos, esta casa  también será tu hogar, así que tienes el mismo derecho que yo a sentarte en esta mesa  ¿Ha quedado claro?, ahora ¿Qué que te parece si te sirvo un poco de leche, un poco de fruta y un hot cake?, después te daré un par de medicamentos que debes tomar - Dijo intentando mantenerse calmado, aunque lo que más deseaba en ese momento era lanzar un par de hechizos contra Petunia, ¿Acaso esa mujer no tenía alma?. Harry inmediatamente lucio más animado y le respondió con un asentimiento de cabeza para que instantes después de que él mismo comenzara a desayunar el niño imitará sus acciones.