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Severus observo a Harry durante algunos segundos, el niño seguía sentado sobre sus talones frente a la mesa de centro de tal forma que sus bracitos estaban flexionados rodeando la hoja de papel donde se supone debería estar dibujando  y su mentón recargado en la mesa, el crayón pasa de una de sus manos a la otra  sin que hiciera la más mínima señal de empezar a dibujar, a simple vista parecería que simplemente estaba aburrido, pero Severus podía notar como un fino temblor recorría su cuerpecito además de que ni una sola ocasión  durante esos largos minutos había levantado la mirada. Sabía que el niño aún no confiaba totalmente en él, en realidad no esperaba que lo hiciera, tantos años de maltrato siempre dejaban una huella.

En ese momento recordó una de las conversaciones que había tenido con Albus, por más que odiará admitirlo, el director podía tener sus momentos de lucidez. Ya habían pasado bastantes años de aquella plática, sin embargo, había una sola frase que se había quedado grabada en la mente: no podemos exigir algo que nosotros mismos no estamos dispuestos a dar;  supuso que si deseaba que Harry le confiara parte de su historia, él debería de al menos intentar hacer lo mismo.

Se permitió un par de minutos más para ordenar sus ideas antes de comenzar a hablar, no era un tema que hubiera tocado antes, al menos no voluntariamente, las únicas personas que sabían al respecto era Madame Poppy y el director.

Intentando distraerse comenzó a plasmar un par de trazos sobre la hoja de papel mientras carraspeaba para atraer la atención de Harry.

- Cuando ... cuando era niño vivía con mi padre y mi madre, ella probablemente era una de las mejores personas que he conocido en mi vida, te habría adorado, siempre tuvo una debilidad por los niños y las pociones - comenzó con una pequeña sonrisa en su rostro, misma que rápidamente desapareció  - por otro lado ... - exclamo mientras tomaba una profunda respiración - mi ... padre no tenía el mejor carácter, ... solía beber bastante y no disfrutaba que alguien lo interrumpiera cuando por fin llegaba a dormir ... había noches en las que, como te ocurre, las pesadillas se hacían presentes en mis sueños; ya ni siquiera recuerdo sobre qué trataban, pero cuando eso ocurría y  lo despertaba, su humor se volvía aún peor ...  - había tenido bastante tiempo para aceptar y superar  el hecho de que su infancia no había sido perfecta sin embargo no se atrevía a levantar la mirada y observar al niño frente a él, prefería mantener su atención en los trazos inconexos que realizaba - solía golpearme cuando eso ocurría. Siempre me propuse no ser como él - concluyó con voz monótona, intentando mantener su rostro lo más neutral posible mientras ignoraba como sus nudillos se tornaban blancos por la fuerza con la que  estaba manteniendo cerrados los puños.

Salió de su ensimismamiento cuando algo golpeó su costado, o mejor dicho alguien. Volteo a mirar a su  izquierda, encontrándose con el pequeño niño quien ahora se estaba presionando contra sus costillas mientras dos delgados bracitos intentaban abrazarlo, la manita que estaba en su espalda estaba comenzando a dar ligeras palmada ... Justo como el hacia cuando intentaba consolar a Harry. Requirió de todo su esfuerzo deshacerse del nudo que se estaba instalando en su garganta, no había forma de explicar la maraña de emociones que una a una de desarrollaban en su interior, la mayoría ni siquiera estaban relacionadas con su pasado. Con cuidado colocó su mano en la cabecita del niño mientras se inclinaba para besar su frente. Quizás, solo quizás, estaba logrando no ser como su padre.

Le tomó un par de minutos más controlarse lo suficiente para volver a hablar, mismo tiempo que el pequeño niño se mantuvo a su lado en total silencio.  

- Nunca he compartido las ideas que regían la vida de mi padre. Sea lo que sea aquello que te asusta no me molestará y tampoco estás obligado a decírmelo, pero sería bueno saberlo para buscar una forma de ayudar - Harry se separó lentamente de él para volver al lugar que había ocupado inicialmente, mirándolo fijamente como si intentara buscar algún signo de mentira en su rostro, al parecer encontró algo que resolvió sus dudas, ya que tomó de nueva cuenta una de las crayolas y comenzó a dibujar de forma titubeante.

HOMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora