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Estaban por regresar al comedor cuando escucharon algo romperse.

Severus, que siempre se considero alguien que analizaba  detenidamente la situación antes de actuar, no lo pensó dos veces antes de dirigirse a toda velocidad al comedor, siendo seguido por Albus.

Sabía que no debería de haber dejado solo al niño, era evidente que aún no estaba totalmente recuperado, aunque otra posibilidad se formó en su mente, ¿Podría alguien haber ingresado a la vivienda?, se reprendió instantáneamente ante el pensamiento, el mismo había colocado muchos de los hechizos de protección que salvaguardaban el lugar, era básicamente imposible que alguien ingresara sin su autorización o al menos sin haber sido alertado inmediatamente.

En cuanto llego al comedor su inquietud aumento, inmediatamente busco al niño con la mirada, sin encontrar rastro de él, a su espalda Albus llego un par de segundos después.
Su vista se enfocó en el piso, justo donde reposaban los trozos de la que había sido una de las tazas que usaron para el desayuno.

- ¡Harry! - lo llamó Severus inmediatamente, desplazándose por la habitación - ¡Harry!

...............................

Harry estaba seguro de que fácilmente ese podría ser el mejor día que recordaba, la comida era sumamente rica y el señor Severus le estaba permitiendo acompañarlo en el desayuno a pesar de no haber hecho ninguna de las tareas que normalmente hacía con su tía, ¿Eso contaba como una regla?, supuso que no, así que en cuanto termino el último trozo de su hot cake, se arrodilló en la silla para poder alcanzar los platos que habían usado y poder levantarlos. Todos eran muy bonitos, totalmente blancos o solo con algún pequeño detalle en los bordes, a diferencia de los de su tía, los cuales  tenían muchos dibujos.

Al solo haber sido ellos dos, no le tomó mucho tiempo juntar todos los trastes, sin embargo el constante dolor de cabeza no era de mucha ayuda, ya que el simple hecho de realizar movimientos un tanto bruscos hacia  que el dolor aumentara, a pesar de ello decidió ignorarlo. Finalmente colocó todos los elementos cerca de la esquina del comedor para pudiera alcanzarlos fácilmente.

Se  puso de pie para después empujar la silla donde había estado sentado, sin embargo no había notado que al hacer dicha acción, había empujado los platos, los cuales a su vez impulsaron a las dos tazas que se encontraban a un lado, haciendo que una de estas quedaran tambaleándose en el borde de la mesa para finalmente caer. Inmediatamente comenzó a sentir el pánico crecer en su interior, no era la primera vez que por su torpeza rompía algo; eso merecía un castigo, se recordó. Su tía era normalmente quien se encargaba de eso, lo cual en realidad era algo bueno ya que ella no era tan fuerte como su tío, sin embargo no sabía que haría el señor Severus, su tío era muy grande pero seguramente no tan fuerte como el otro hombre; sin embargo lo que más temor le daba es que cambiara la forma de tratarlo, parecía no ser malo pero el tenía un toque especial para hacer que las personas cambiaran, el lo arruinaba todo, como decía si tía.

Presa del mismo pánico solo fue capaz de retroceder un par de pasos antes de dar la vuelta y comenzar a correr hacia el otro extremo de la habitación donde se encontraban un par de muebles con cajones en su parte inferior, su primer instinto fue esconderse en uno de ellos, justo como lo habría hecho con su alacena, tal vez si esperaba lo suficiente, cuando saliera el señor Severus ya no estaría  tan enojado, o al menos eso esperaba, también era posible que como sus tíos, el se molestara aún más por intentar huir del castigo.
Con sus pequeñas manos temblando logró cerrar la compuerta después de entrar en el reducido espacio, ni siquiera puso atención a las cosas que se almacenaban en dicho lugar, solo llevó sus piernas hacia su pecho para después rodearlas cons sus brazos, su vista estaba fija en la pequeña rendija de luz que se filtraba.

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