Albus se sentía bastante complacido con la forma en que estaban ocurriendo las cosas, después de años de tratar con Severus, al fin podía ver un poco de aquel muchacho de buen corazón que conoció hace tantos años atrás, realmente deseaba que aquellos dos se ayudaran a sanar mutuamente. Si hace unos meses le hubieran dicho que vería al maestro de pociones así, no lo habría creído, aunque tampoco podía culpar al hombre por su habitual actitud, la vida misma se había encargado de orillarlo a protegerse del mundo formando barreras a su alrededor, sabía que en parte era su culpa, había llegado tarde o quizás no se empeñó lo suficiente en ayudarlo, más centrado en otros temas, sin embargo tal vez esta ocasión no era tarde, aún quedaba una esperanza, una esperanza pequeñita y temerosa que se negaba a salir de su escondite.
El habría dado cualquier cosa , si misma magia de ser necesario, por evitar todo el sufrimiento del pequeño niño, sin embargo, sabía bien que el mismo había sido en parte causal de aquel daño, y por mucho que Minerva le repitiera que el no podría haber previsto lo que ocurriría, le era imposible no culparse. Sin embargo lo único que podía hacer ahora era cuidar de ambos, como no lo hizo antes, proteger a aquel que ahora ya era un hombre y consideraba como a un hijo y al niño que estaba seguro terminaría queriendo como a un nieto.Gracias al movimiento que Harry había hecho para alcanzar la paleta, Albus ahora podía ver su rostro, así que cuando el niño lo volteó a ver le dio una sonrisa esperando que se sintiera un poco más en confianza para salir de su no tan buen escondite.
- Un placer conocerte Harry, que te parecería salir de ahí para poder presentarnos como es debido, además, creo que si lo haces, Severus estaría más que dispuesto a leerte uno de los cuentos de tu libro, que me dices, ¿Te parece un buen acuerdo? - dijo Albus en voz baja y tranquila, Harry por su parte se veía bastante confundido e inmediatamente volteó a ver al otro hombre en busca de aprobación por lo que había dicho el director.
Severus cada vez tenía más ganas de correr a Albus de ahí, si tantas ganas tenía de que Potter escuchara un cuento, por que no lo contaba el mismo, estaba apunto de negarse cuando este ultimo lo volteó a ver, maldita sea pensó, como se negaba uno a eso, el niño lo veía con uno ojos verdes brillantes que reflejaban una emoción mal contenida, pidiéndole silenciosamente que estuviera de acuerdo, esos ojos demasiado parecidos a los de Lily y a la vez tan diferentes.
- Creo que es una buena idea, tiene bastante que no leo una de esas historia - dijo con un tono bastante sarcástico, pero qué pasó desapercibido para el niño, Severus se levantó para posteriormente sentarse a un lado de el director, buscando que Harry no se sintiera rodeado o presionado - Aún que si no quieres, siempre podemos dejarlo para otra ocasión - y como si esas fueran las palabras mágicas, el pequeño había salido de debajo de la cama para parase de pie frente a ellos. Era bastante pequeño, más de lo normal para su edad, la ropa era visiblemente varias tallas más grande a lo que se sumaba que era bastante flaquito, su rostro con la típica inocencia de la edad no hacía más que remarcar la evidente falta de peso, además era adornado por una cuántas pecas, aún era visible los golpes que había sufrido ya hace varias semanas, aunque ahora eran de una tonalidad más bien amarillenta, teñía una nariz pequeña y uno ojos bastante llamativos, adornados por una gafas circulates demasiado grandes para el. Albus no pudo evitar preguntarse como alguien podría dañar a aquel niño.- Hola Harry, mi nombre es Albus, el es Severus - dijo para extender su mano en una intención de saludarlo, sin embargo observó como el pequeño reaccionaba cerrando los ojos y subía sus brazos intentando cubrirse, a la espera de un golpe, era un movimiento tan mecánico y espontáneo ... sintió como aumentaba la presión en su garganta, un niño de esa edad ni debía de reaccionar así, no debería de conocer la forma de cubrirse para evitar que le golpeen. Sin estar muy seguro de si lo que hacía era lo adecuado, continuo extendiendo su mano hasta llegar al cabello de Harry, quien inmediatamente se estremeció ante el tacto, sin embargo, después de la breve caricia dada por el mayor y de que este retirara su brazo, volvió a abrir los ojos, visiblemente confundido y aún un poco asustado por lo que acababa de pasar.
...............
Harry sabía que lo había arruinado, no debía de haber reaccionado así, ahora se darían cuenta de que el estaba mal, que estaba descompuesto. Sabía que no debería de haber salido de debajo de la cama, ahora había cometido un error, lo sabía por la expresión que tenían ambos adultos. El señor Severus se veía mucho más serio que al inicio y el señor Albus se veía muy triste, eso era su culpa, su tío también se enojaba y lo regañaba cuando sin querer actuaba así, el no debía de defenderse, tal vez era alguna prueba, y ahora ellos se habían dado cuenta de que no iba a ser un buen niño, tal vez ya no quisieran adoptarlo, no pudo evitar sentirse triste, ya se había comenzado a emocionar con la idea, sus pensamiento se vieron interrumpidos cuando el señor Severus hablo de nuevo
- ¿Que cuento te gustaría leer ? - le pregunto, apresar de que aún se veía un poco molesto. Harry no pudo evitar emocionarse de nuevo, el había escuchado como su tía petunia le contaba cuentos a su primo y como las mamás de las películas que sus tíos veían le leían a sus hijos, el siempre había deseado que alguien le leyera así, si ellos, al final del día decidían no adoptarlo, al menos el tendría un recuerdo bonito para guardar.
Aún con un poco de duda se agacho para poner el libro en el suelo, se arrodilló adelante de este y comenzó a buscar su historia favorita. Una vez que la encontró, volvió a recoger el libro y lo extendió en dirección al señor Severus, quien inmediatamente lo tomó. El cuento que había elegido era el de el patito feo, le gustaba mucho, tal vez cundo creciera el también cambiaria como aquel patito y encontraría una familia que lo quisiera.
Con movimiento un poco torpes por el dolor que aún tenían sus costillas, se subió de nuevo a la cama, para acostarse de lado viendo en dirección a los adultos, esperaba estarlo haciendo bien, así es como lo hacían los niños en la televisión al menos.
Durante toda la historia escucho atentamente, intentando grabar en su mente ese momento, el quería recordarlo para siempre, la voz del señor Severus era muy bonita, era suave y baja en volumen, muy diferente a la voz con la que la mayoría de los adultos se dirigía hacia el, y lo mejor de todo fue que no se había detenido al terminar ese cuento, sino que había continuado leyendo el siguiente; sin embargo cada vez le era más difícil poner atención, sentía como sus ojos se cerraban contra su voluntad, producto de las noches previas donde hacía todo lo posible por no quedarse dormido.
En este justo momento el no quería dormirse, no quería por que si se dormía, el señor Severus se iría y no le contar más cuentos, no quería dormirse por qué sabía que cuando despertara ellos ya no estaría ahí porque habrían decidido no adoptarlo.
Al final el cansancio lo venció y se quedó dormido escuchando de fondo la voz de el señor Severus contando el cuento de los tres cochinitos y sintiéndose más feliz de lo que se había sentido en mucho tiempo.
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Muchas gracias por sus comentarios del capítulo anterior 💕, me animan mucho para seguir escribiendo, me alegra mucho saber que les está gustando la historia, créanme que si fuera por mi subiría capítulo diario, pero no me alcanza el tiempo.
Mi idea inicial era un capítulo más largo pero no he tenido tiempo de poder escribir más :( y si me esperaba probablemente terminaría subiendo el capítulo hasta el próximo domingo, así que he decidido subir al menos esta parte.
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FanfictionDumbledore siempre se destaco por sus brillantes planes, grandes secretos y exitosos resultados; pero puede que en su intento por ayudar cometiera un error y su única forma de solucionarlo es encomendando una nueva tarea a Severus. Severitus