Hanji miraba el techo de su habitación repasando lo ocurrido en aquellos días, había pasado más de una semana desde el incidente ocurrido con Levi, Moblit le había comentado que no había hablado con él desde lo ocurrido, también le informo que el chico rubio que siempre lo acompañaba se llamaba Farlan y era muy unido con Levi, era hijo de uno de los científicos que trabajaban para Unicorn y sus estudios eran pagados por una de las becas que daba la empresa a los hijos de sus empleados más dedicados, no era mal chico pero siempre hacia lo que Levi le pedía por lo que en aquel incidente solo se quedó mirando mientras el pelinegro hacia su "escandalosa invitación", pero tras el regaño que obtuvieron Levi solo se limitaba a verla a distancia, siempre todo el tiempo, ella podía sentir su constante mirada, eso y el continuo cuchicheo que se generó sobre ellos tras lo ocurrido.
Hanji pasó su muñeca sobre su frente notando que su piel parecía presentar síntomas de fiebre. Aquel día su padre adoptivo había llamado a la escuela para informar que Hanji tenía fiebre por haberse se quedado expuesta al fresco de la noche y no podía ir ese día, la verdad era otra, Hanji estaba experimentando el inicio de su ciclo de celo y al ser el primero lo común es que este se presentara con mucha fuerza sobre su cuerpo incluso entorpeciendo el funcionamiento del supresor-base y era importante que tras las primeras 12 horas después del inicio se administrara una dosis completa para que su organismo se adaptara al ciclo artificial de control que brindaba el químico, sin embargo ella llevaba escasas 6 horas y las sensaciones parecían ser cada vez más intensas.
Hanji permanecía tendida en su cama con la ventana y puerta completamente cerradas, en el piso de abajo su tutor leía el periódico, tras haberse reportado enfermo a Sina para poder cuidar de Hanji hasta asegurarse que el supresor controlaría aquel torrente de hormonas.
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Aquello comenzaba a ser difícil de tolerar su piel ardía bajo la tela y el sudor perlada su frente. No deseaba cometer actos que le apenaban pero su cuerpo le exigía cada vez más que deslizara sus manos por aquella piel sudorosa, y tras varias respiraciones acompasada sus pensamientos comenzaron a giran en torno a la imagen que menos pensaba tener en mente, -"Levi"- susurro por lo bajo mientras sus pupilas se dilataban. ¿Por qué el pelinegro? ¿Qué lógica tenia eso? En especial considerando que prácticamente había crecido al lado de 3 chicos bastante atractivos que ahora eran Alfas; Erwin, Mike y Moblit... Pero por ironía y burla su cuerpo y pensamientos se inclinaban hacia Levi, aquel chico que simplemente se le había plantado en frente casi descubriendo que era una omega; demás de eso ¿Había algún motivo? el único contacto que tuvo con él fue cuando la sostenía para oler su piel...
- El celo de un Alfa se inicia cuando percibe las feromonas de un omega, provocando que este también libere feromonas -
Repitió su mente, pero ella no había percibido feromonas de Levi en ningún momento... - ¿En ningún momento?- Repitió como si su dudara de lo que ella misma pensaba. Se levantó lentamente notando como su cuerpo entero estaba cubierto de sudor y su piel se mostraba sensible.
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Hanji estaba terriblemente agotada, sus músculos se sentían débiles y su cuerpo lánguido.
- Condiciones perfectas para que un Alfa haga lo que se le dé en gana.- Gruño la castaña, mientras permanecía en aquella posición sentada en el suelo, recargada en la pared mientras abrazaba sus rodillas, sintiendo una sensación creciente entre ira y frustración, cuando unos suaves golpes la hicieron mirar hacia la puerta.
- Hanji cariño ¿estás ahí? voy a entrar. Se escuchó a la paternal voz del sr. Smit quien deslizo la puerta del pequeño baño privado perteneciente al cuarto de Hanji, donde ella se encontraba ahora bajo el abundante torrente de la regadera que daba paso al agua fría dando alivio a la temperatura de su cuerpo, y había permanecido sentada un largo rato.
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Con olor a Té
RandomHanji... ¿Quieres jugar? Escucho a sus espaldas, pero aquella voz no era la de él... Los ojos castaños se posaron nuevamente en el espeso líquido rojo que aun escurría por el filo de la mesa mientras los pasos del causante se acercaban hasta que la...