Horas antes aeropuerto de las vegas.
Ilse y Pixis miraban con expectación una de las pantallas en la sala de espera del aeropuerto así como los demás pasajeros alrededor. Pixis se vea serio, aunque no dudaba de las palabras de Ilse, aun le costaba pensar que Sanes y Zackly tenían las manos dentro de algo tan oscuro como lo mostrado por la reportera, pero las pruebas estaba ahí y eran indiscutibles, el expediente era tan escalofriante que apenas pudo abarcar la idea de lo que sucedía, había tanto material para enterrarlos que era claro que aquel juico era sola la punta de lo que podrían llegar a hacer para salirse con la suya.
Por otra parte estaba la situación de Hanji Zoe y su clasificación, además de que la ausencia de Levi era demasiado extraña y era claro para cualquiera que hubiera visto como se comportaba con Hanji a su lado.
Todas aquellas ideas se desglosaban en su cabeza cuando una voz femenina le hablo de la nada.
- ¿Ilse langnar y Dot Pixis? –
Ambos miraron a quien preguntaba por ellos encontrándose con una mujer joven, alta y hermosa como una modelo, vestida con un elegante traje sastre color negro, blusa amarilla y un llamativo logo bordado en el saco que era conformado por la silueta de unos labios con una pequeña corona encima en hilo dorado y plata.
- Soy encargada de la entrada y salida de los productos de "Thouret S.A." para norte américa y la misma señora Thouret ha llamado para que los busque y ambos aborden el jet de regreso, salimos en 20 minutos por favor acompáñenme.
Pixis e Ilse se mostraron un poco extrañados pero accedieron dirigiéndose al área privada del aeropuerto donde se realizaba el movimiento de los aviones únicamente de carga y los vuelos privados. Bajaron hasta una plataforma que cubría la parte final del aeropuerto y tras un ventanal vieron un hermoso jet privado para 12 pasajeros de color rosa suave con líneas plateadas a los lados.
--o-O-o--
Sala de juicios momento actual.
El mundo entero enmudeció en los siguientes segundos el tiempo pareció congelarse por completo, la imagen de Kenny Ackerman con una marca en su nuca quedaría grababa de forma permanente como una profunda quemadura en aquella sociedad. Kenny era el dueño de Unicorn, Kenny era el "Alfa sobre los Alfas", pero Kenny era un Omega.
Uri se acercó hasta donde Kenny se encontraba, no dijo nada solo lo miro. A su vez Kenny hablo nuevamente. – Un omega sumiso e incompetente no es más que el resultado de la opresión de los Alfas, no somos estúpidos, nuestra capacidad es igual a la de ustedes pero cada maldita persona ha normalizado que los derechos de otros sean pisoteados solo por ser Omegas. –
Zackly tomo su mazo y golpeo la base una sola vez la confusión aún era presente en su rostro cuando hablo. – Kenny Ackerman queda detenido por... por esto... así como su Alfa por encubrirlo.
Sanes apretó los puños tratando de recuperar la compostura. - ¡Todos los reporteros LARGO DE AQUI! ¡AHORA MISMO! – Ordeno – Ackerman debe ser ejecutado ahora mismo.-
Los presentes comenzaron a hablar sin que sus líneas pudieran ser comprendidas pero Sanes avanzo hacia donde estaban Kenny y Uri. - ¡Se ha ordenado que los detengan! ¡Ejecuten a los dos jodidos omegas!- Vocifero pero otra voz se hizo escuchar con tono marcado pero aun sin levantar la voz, la sala se llenó de un nuevo aroma, no era agresivo o territorial si no firme y denotaba la presencia de una figura de autoridad.
El aroma de un Alfa maduro y claramente experimentado que no necesitaba mostrar agresividad para imponerse. – Yo creo que no, si bien mi mente acaba de "explotar" con la confesión del señor Ackerman, nadie va ejecutar a nadie, por la simple razón jurídica de que la señorita Zoe y el sr. Ackerman son Omegas pertenecientes a Alfas superiores y por tanto no pueden ser ejecutados, siempre e creído que los omegas de Alfas superiores son unos mimados que pueden hacer casi de todo mientras su Alfas los dejen, si lo sabré yo que llevo más de 3 décadas casado con mi esposa y Omega, que incluso no quiso ir a las vegas con migo.
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Con olor a Té
RandomHanji... ¿Quieres jugar? Escucho a sus espaldas, pero aquella voz no era la de él... Los ojos castaños se posaron nuevamente en el espeso líquido rojo que aun escurría por el filo de la mesa mientras los pasos del causante se acercaban hasta que la...