Cap. 34 Ataque, amenaza y captura.

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Los ojos grises se abrieron lentamente una sensación de frió recorría su brazo izquierdo por dentro, la sensación al respirar era extraña sintiendo como una exhalación involuntaria se alojara de forma rítmica en su pecho, trato de mover sus extremidades pero no le fue posible sintiendo como su cuerpo era sujetado desde distintos puntos manteniéndolo en lo que ahora podía percibir como una cama.

Finalmente abrió por completo los ojos dándose cuenta de su condición, se encontraba cubierto por una sábana blanca hasta el cuello, era claro que bajo de esta sus brazos, piernas y dorso se encontraba fijo a la cama por varios cinturones probablemente de cuero debido a la tensión que sentía. Aun lado de él se encontraba un soporte para suero del que pendía una bolsa del mismo y una fina manguera quirúrgica salía de esta hasta perderse bajo la sabana conectado a la vena de su brazo izquierdo y la razón del frio que sentía en este.

Por otra parte la sensación en su pecho era causada por un respirador artificial conectado a través de sus fosas nasales.

Levi parpadeo varias veces antes de mirar alrededor y poder concentrarse, estaba en una cama sujeto con cinturones pero era claro que había sido sometido a atención médica, procedió a mover un poco su cuerpo hasta donde las ataduras se lo permitían, comprobó que sus miembros seguían en su lugar y no presentaban fracturas, eso o lo habían sedado hasta la medula, después de todo recordaba perfectamente el choque que le provocaron aquellas camionetas.

Lo siguiente que hizo fue ver alrededor, se encontraba en un cuarto tan simple y común como podría serlo cualquiera, parecía que recientemente lo habían habilitado como una improvisada área de recuperación, reconocía varias de las máquinas de hospital que se apilaban a un lado de este, Uri poseía aparatos como esos en su propia habitación de recuperación.

Después miro que más había; topándose con una ventana la cual había sido completamente cubierta con cinta aislante de color negro por lo que no tenía idea si era de día o de noche, ni siquiera sabía cuánto tiempo había transcurrido.

En aquel instante se abrió la puerta de la habitación, Levi no fingió dormir ni nada de eso el miro directamente a quien entraba pero aún más que había tras aquella puerta, cualquier cosa que le orientara de donde podía encontrarse, aunque lo único que se miraba era un pasillo monótono iluminado por la misma luz blanquecina que aquella habitación.

Su atención se fijó en la figura que cerraba tras de sí, era una chica bajita y de cabello negro enfundada en una bata blanca, era Pieck.

Ella se acercó notando que Levi se encontraba despierto. – Hola señor Ackerman, ¿durmió bien? – Pregunto sin recibir respuesta por parte del pelinegro quien la reconocía de la información que Eren les había proporcionado.

- Veo que en verdad es alguien muy callado, bueno tiene que saber que se encuentra medianamente bien, sufrió algunas contusiones pero es claro que la seguridad de su costoso auto funciona a la perfección; las bolsas de aire y el cinturón lo protegieron de traumatismos graves y fracturas pero aun así decidí que debía de tener el respirador conectado, aunque la placa torácica no muestra daños en los órganos vitales no quería arriesgarme a que hubiera una hemorragia mínima que no fuera visible en las placas. El suero era necesario para mantener el cuerpo nutrido aunque no ha pasado tanto tiempo, además eso permitiría que despertara antes. Supongo que tiene preguntas, aunque es claro que ya sabe que hay cosas que no le diré y otras son demasiado obvias. –

Explico Pieck esperando que el pelinegro abriera la boca pero este solo continuo mirándola en silencio.

- Sabes Ackerman, Zeke quería matarte, incluso preparo una inyección de estricnina, pero le recordé que en caso de que ya hayas marcado a Zoe ella sentiría tu muerte y por ello también moriría días más tarde y claro no es ningún secreto que él quiere a esa Omega para sí, además tiene un deseo que yo creo bastante inmaduro pero él quiere vengarse de ti por haberlo humillado. –

Con olor a TéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora