Scared Of Happy • [KTH] COMPLETA

ℂ𝕒𝕡𝕚́𝕥𝕦𝕝𝕠 4

SeJoo se encuentra en la sala mirando entretenido la televisión, me da tiempo de limpiar primero la cocina, uso la escoba eliminando el polvo, limpio las ventanas y sacudo las cortinas tosiendo un poco, algo me dice que los hermanos Kim no tenían mucho tiempo para hacer estas cosas. Comienzo a limpiar la sala eliminando el polvo de cada esquina, SeJoo estornuda un poco por lo cual soy cuidadosa, necesito tenerlo distraído o no me dejará limpiar cómo debo. Paso la escoba por el pasillo llegando a la habitación donde nos estamos quedando, hay otro cuarto disponible pero cuando llego a las otras puertas dudo, las habitaciones de los hermanos Kim se encuentran ordenadas y limpias, la de la señora Kim está con un poco de polvo, lo último que limpio es aquella oficina pequeña llena de papeles y cosas que no entendía.

Caminando a la sala siento un leve mareo que me hace tambalearme, me sostengo de la pared respirando profundo, el dolor en mi cuerpo es menos que ayer gracias a los parches, pero sé que no estoy del todo bien. Mi cabeza comienza a doler, SeJoo sigue mirando su programa favorito en la televisión, miro la hora en el reloj donde marca la una de la tarde, las horas se han ido muy rápido para mí.

— ¡Omma! —escucho una vocecita familiar a lo lejos. YuLi aparece con su ropa sucia, su rostro también está sucio por el lodo— ¡Los cerditos jugaron conmigo! —sus labios se mueven, pero no la escucho tan cerca— ¿Omma?

Parpadeo varias veces sintiendo mis piernas perder fuerza, alguien me sostiene y cuando veo quien es, se trata de TaeHyung. Me lleva a la cocina ayudando a sentarme, respiro profundo varias veces sintiendo que en cualquier momento me desmayaré, de repente me siento muy débil.

— Toma, bebe un poco de agua—me ofrece el vaso. Acepto intentando que el vaso no caiga al suelo, doy un sorbo, dos y tres sintiendo que mi malestar pasa si sigo respirando profundo—Estás muy pálida, creo que algo dulce te ayudará a recuperar fuerzas—busca en los estantes y me entrega un caramelo con envoltura rosada.

— Gracias—acepto el caramelo, abro la envoltura y lo llevo a mi boca. Espero unos segundos sintiéndome algo mejor.

— Omma, ¿Te sientes bien? —YuLi se escucha preocupada. A su lado SoYi está tan sucia como ella.

— ¿Qué les pasó? —las miro de pies a cabeza.

— ¡Jugamos con los cerditos! —sonríe la menor cambiando su rostro preocupado a emocionado.

— Es mentira, YuLi me empujó al lodo con los cerdos.

— ¡Claro que no! Unnie resbaló.

— ¡No seas mentirosa!

— Niñas, no creo que sea buena idea discutir en este momento—interviene Tae alejándolas, luego me mira—Puedes descansar si quieres...

— No, estoy bien—me levanto teniendo el caramelo en la boca. No se lo digo, pero me molesta un poco que ahora deba bañar a las niñas otra vez.

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— ¿Quería verme, señora Kim? —toco la puerta de la pequeña oficina que se encuentra abierta, SeokJin acaba de salir de aquí segundos antes de que entrara, lo había visto por el pasillo con unos papeles en la mano y hablando por su celular.

— Sí, pasa, toma asiento—me indica y obedezco. Ella cierra la laptop de su escritorio apoyando sus codos sobre éste—TaeHyung me dijo que tuviste un pequeño desmayo en la tarde.

— No fue un desmayo, sólo fue un mareo—le resto importancia—Estoy bien de salud, no se preocupe.

— Confiaré en ti—sonríe un poco—Quiero saber si los niños y tú piensan quedarse para siempre.