only, my bad boy (Noah Schnapp)

capítulo 37

Suprimí una risita al esconderme detrás del árbol. Di una miradita rápidamente y volví a mi escondite. Estábamos en los últimos días para salir del instituto y a pocos días de que fuese la graduación. Los chicos y yo estábamos jugando a las escondidas en el patio, parecíamos niños pequeños así; pero eso no importaba ahora. La compañía con los chicos era valiosa en estos instantes, después de unos días todo cambiará. Entraremos a la universidad y ya no nos veremos cómo antes; tomaremos caminos distintos. Carter se irá a España nos dijo eso recientemente, me alegré por él pero igual lo iba a extrañar. Sadie entró a la universidad de Washington en Seattle; estará cerca de casa; gracias a Millie me enteré que Mason entró a la universidad de Seattle. ¿será que Noah también?

- ¡te he encontrado ________! - gritó Carter

Intenté correr hacia la pared donde había contado pero el me atrapó y después empezó a hacerme cosquillas. Me retorcí sin parar de reir. Sadie salió corriendo a terminar lo que tenía en mente. Nos sentamos en el césped al terminar nuestra ronda de juegos. Iba a extrañarlos, definitivamente, los iba a extrañar.

- los voy a extrañar chicos - dije melancólica

Sadie me abrazó.

- igual nosotros, pero aún no es tiempo de las despedidas

- no hay que adelantarnos - comentó Carter.

- aparte estaremos cerca

- excepto yo - intervino él

- pero existe la Webcam, al igual que las llamadas a larga distancia y Facebook, instagram, Twitter..

- vale, quedó claro no es necesario que menciones todas las redes sociales

Sonreí

Me vine a bajo en cuanto pensé en las universidades que había contactado; hoy iba a leer la carta que me habían enviado. No había querido abrirla, el nerviosismo y el miedo me invadían cada vez que la miraba

- ¿qué me dices _______? Eres la única que no nos ha dicho en donde te aceptaron - preguntó Carter.

- ah..pues quiero que sea una sorpresa

El timbre para entrar a clases sonó y nos levantamos para ir a nuestra aula.

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Mamá me miró impaciente. Miré el sobre que tenia en mi mano y luego miré los pequeños ojos de mamá. Lancé un suspiro y comencé a leer:

Universidad de Columbia
Oficina de admisiones
116th St & Broadway, New York, NY 10027, Estados Unidos

__________ Brown
PRESENTE

Estimada ________, a través de la presente la Universidad de Columbia le informa que su solicitud de ingreso ha sido aceptada por los directivos de esta honorable institución. Reciba la más cordial de nuestras felicitaciones por la aceptación para formar parte del alumnado de nuestra Universidad y por lo cual, le solicitamos se presente en nuestras oficinas el día que le fue correspondido en curso para comenzar los tramites de inscripción.

Para cualquier duda o aclaración, quedo a sus ordenes. Por su atención, gracias.

ATENTAMENTE
Brad Sulivan
Coordinador de Admisiones.

Miré a mamá con los ojos muy abiertos.

- entré a Columbia - dije con un tono de voz apenas audible.

Oh mi Dios ¡entré a Columbia!. Mamá me arrebató la hoja y comenzó a leerla, cuando terminó me abrazó con una intensa felicidad.

- oh cariño, sabía que iban a aceptarte, vez que no había nada que temer - besó mi frente - estoy orgullosa de ti

Estába en shock, no me cabía en la cabeza que fui aceptada en Columbia, entré a la universidad que estába atravesando la cuidad, atravesando Seattle. Estaba feliz si, pero estaré lejos de casa. Mamá estaba más feliz que nunca pero podía notar nostalgia en su sonrisa, pero había alguien a quien me costaría decirle esto.

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- abre la boca - ordenó

Abrí la boca hasta donde podía, no sabía si podía hacer esto, me coloqué encima de mis rodillas y llevé mis manos sobre mis muslos.

- no sé si pueda hacerlo - dije nerviosa

- no es nada del otro mundo _______ - sonrió pícaro - ya verás que lo haras bien

Me mordí el labio y lo solté después de unos segundos al ver que me había arqueado las cejas. Se acercó a mi y me lanzó un malvavisco a la boca. Intenté hacer que entrara por completo pero se cayó al césped.

- oh mi Dios - me eché a reír - soy terrible

Noah tomó otro y lo lanzó nuevamente, intenté hacer que entrara a mi boca pero fallé, otra vez.

- la tercera es la buena

Tomó otro malvavisco para lanzarlo, ésta vez lo mordí en cuanto tocó mi boca haciendo que entrara por completo.

- ¡oh vaya! - grité - ¡al fin! - sonreí satisfactoriamente.

- esto es para ti - dijo mientras me entiendia un pastelillo con unas enormes chispas de chocolate.
- gracias, se ve delicioso

Lo acepté y de inmediato le di una mordida.

- se lo robé a Jocelyn - admitió y dejé de masticar.

¿Qué? Abrí los ojos como platos. ¿Ahora robaba? ¿Qué le pasaba a este chico? Lo miré seria.

- no es cierto - sonrió - me lo dio para ti ¿quién piensas que soy niña?

Terminé de masticar y me abalancé hacia él recostándolo sobre el césped. Su lugar favorito se convirtió en nuestro. Cuando no teníamos a donde ir aquí era donde veniamos y no me gustaría estar en otro lugar.

- un chico malo. A los chicos malos se les castiga ¿sabias?

- Tsss...¿vas a castigarme? - murmuró cerca de mi boca, seduciéndome.

Negué divertida y pegué mi boca a la suya. Me colocó abajo mientras me besaba, llevé mi mano derecha a su cabello para acariciarlo. Sonreímos como tontos cuando nos separamos. Miré el árbol que estába sobre nosotros, con sus hojas decorándolo y de vez en cuando moviéndose de un lado a otro. este momento era más que perfecto. Adoraba a mi chico malo, estaba tan acostumbrada a él, que si me alejaba lo suficiente no seria la misma.

Entonces pensé en la carta de Columbia, lo miré y él también me miró. Tenía que decirle sólo que....no sabía cómo, no sabía en que momento y tampoco cuando era el momento indicado; él tampoco había tocado el tema y ni siquiera mencionado la palabra "Universidad".

- ¿que piensas? - preguntó

- en la graduación - mentí. - en lo poco que falta para convertirnos en personas diferentes. Dicen que la universidad hace cambiar a las personas. ¿tu crees que eso es verdad?

- depende. La universidad no puede cambiarme - añadió, acariciandome el cabello - y se que a ti tampoco te cambiará tan fácil. Las personas cambian cuando quieren hacerlo o encuentran una motivación que los haga aceptar el cambio.

Acerqué la cabeza a su pecho para acomodarme en el césped.

Tenía que decirle. Las palabras estában a punto de salir y me sentía egoísta. Noah tampoco había mencionado nada y por lo que veia, aún no lo haría. Todo este asunto estába comiéndome viva y me preocupaba el rumbo de hasta donde podía llegar.

Estuvo re corto este capítulo