Escala de Grises

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De pronto, cuando cayó en el más profundo sueño, a su alrededor, aparecieron un montón de enredaderas con espinas. Cada paso que daba, era como un fango inamovible. Sintió que de pronto, sus extremidades quedaron atadas, y entre el olor a césped mojado, y lo húmedo de sus piernas, Miguel se hundía en un pantano de color grisáceo, y con textura a petróleo.

Comenzó a gritar en medio del sueño, pero su voz no sonó.

Como un grito sordo. Dios... que desesperación.

¿Qué ocurría? ¿Dónde estaba? ¿Qué significaba aquello?

Y cuando sintió desgarrar su garganta en un grito, a Miguel, le salió la voz.

Pero fue un llanto de un recién nacido.

Miguel entonces, cerró los ojos, y cuando volvió a abrirlos, se halló en una sala de hospital, en medio de los brazos de una mujer.

Miguel le observó el rostro; llevaba una sonrisa, pero el resto de su cara, era irreconocible.

Pero brillaba muchísimo.

''Hola, Miguel... bienvenido a este mundo, precioso. Eres el niño más bello del mundo. Mamá está aquí, contigo... y no te dejará jamás''.

¿Mamá?

Miguel vio ante él, dos brazos de bebé siendo alzados hacia el rostro de la mujer; la tocó despacio.

Sintió una sensación cálida y reconfortante, nunca antes sentida.

Volvió a llorar; esta vez, el llanto era el de un niño; ya no el de un bebé.

Y pronto, su escenario cambió. Se vio en la sala de su antigua casa.

Miguel observó descolocado, y despacio, alzó su mirada.

De nuevo, ante él, estaba la misma mujer.

Su mamá...

''¿Qué pasó, cariño? ¿Te caíste? Tranquilo, bebé... todo pasará. El dolor es temporal, porque siempre, tras la tormenta, sale el sol. Ven, levántate, debes seguir. Eres un muchacho fuerte como mamá; tu puedes contra todo, y todos. Yo te acompañaré; vamos...''

Miguel se levantó despacio, y con una sonrisa en el rostro, corrió al regazo de su mamá.

Se abrazó a ella.

Y de pronto, todo volvió a ser oscuro. Miguel se quedó en medio de la nada. Comenzó a caer en un pozo sin fondo, y desesperado, intentó aferrarse a las orillas.

Y de pronto, tocó fondo; se azotó con fuerza.

Cayó en el lodo. Despacio, se incorporó, y cuando vio una leve luz sobre su cabeza, de golpe, un cuerpo cayó desde arriba, y ante él, vio una silueta colgando con una cuerda amarrada al cuello.

Miguel miró horrorizado, y cuando quiso gritar, otros gritos estrepitosos se oyeron por encima de él.

Alzó la mirada, y por encima suyo, pudo ver en el exterior del pozo, a dos siluetas forcejeando.

¿Una persona estaba siendo asesinada? ¿Qué mierda estaba pasando?

Miguel quiso gritar, hasta que entonces, el fondo del pozo comenzó a ceder.

Y comenzó a succionarlo.

Miguel quiso luchar, pero el peso de todo a su alrededor, fue mucho más fuerte.

Comenzó a hundirse.

''¡Ayuda, por favor! ¡Auxilio!'', comenzó a gritar, pero en vez de obtener ayuda, antes de ser completamente succionado, solo oyó un susurro, diciéndole:

Entre el Callao y Miraflores | PECHI2PWhere stories live. Discover now