Miguel se sintió reconfortado en un lecho inundado de calor y suavidad. En su oìdo, retumbaba de forma suave el ritmo cardiaco de alguien ajeno, y Miguel, sonriò en medio del sueño.
Los latidos de aquel corazón resonaban con fuerza, muchísima vitalidad, y de forma inexplicable, aquello hacia sentir a Miguel con mucha paz y sosiego.
De forma inconsciente, Miguel aferrò sus brazos con màs fuerza a aquello tan càlido que abrazaba, y de forma suave, sintió una leve caricia en su rostro.
Estaba abrazado a alguien.
—Mmh... —musitò dormido, y abrió los ojos de forma lenta. Cuando, ante su vista borrosa se extendió una expresión sonriente y, hermosamente somnolienta, Miguel se sobresaltò.
Y sintió que el corazón se le volcó. Abriò los labios, y quedó sin aliento por un instante.
Era Manuel.
Y se veìa tan jodidamente hermoso, allí, frente a èl, observándole recién despierto, con la mirada somnolienta impregnada en sus verdes ojos, con una sonrisa leve, el cabello desordenado, y a pocos centímetros de su rostro.
Miguel sintió ganas de gritar, y el rostro se le sonrojò de forma casi automática.
—Buen dìa... —susurrò Manuel, con la voz algo ronca, y acariciò suavemente a Miguel en el rostro—. ¿Què tal dormiste?
Miguel, que aùn no sentía el golpe de realidad, observó a Manuel un tanto contrariado.
¿De verdad habían dormido juntos? ¿De verdad había pasado la noche con Manuel? ¿De verdad había amanecido a su lado? ¡Aquello se sentía jodidamente irreal! ¡Còmo un sueño!
Manuel sonriò, ante la falta de respuesta.
—Aùn estàs algo dormido —le susurrò, y le depositò un tierno beso en la punta de la nariz; Miguel se sonrojò—. Te estuve observando mientras dormías, pero fue solo unos pocos minutos. Me despertè porque se me adormeció el brazo, contigo encima. Pensè en moverlo, pero estabas durmiendo tan plácidamente, que me dio pena moverme y despertarte.
Miguel aùn no podía decir palabra alguna.
Aquello era un jodido sueño. No podría ser real.
Manuel lanzó una divertida carcajada, ante la expresión descolocada de Miguel.
Miguel le parecía muy tierno en ocasiones.
Miguel entonces salió del trance, y frunció el ceño, ofendido por la risa de Manuel.
—¡O-oye! ¡No te rias de mì, huev...!
Y no pudo terminar su frase pues, Manuel, lo tomò suave por el mentón, y le depositó un tierno besos en sus labios.
Miguel volvió a quedar perplejo, abrió los ojos, y se quedó sin voz.
Manuel separò sus labios de los de Miguel, y le observó con expresión enamorada.
Hubo un silencio.
—Somos novios... —le dijo, y Miguel se sonrojò, con expresión perpleja—. Ayer me lo pediste...
Y hubo otro silencio.
Manuel contrajo sus pupilas, y entonces sintió una leve angustia posarse en su estómago.
—Oh... —dijo, con la garganta seca—. No me digas que... ¿Miguel, no recuerdas nada de lo de ayer? No me asustes...
Manuel sintió que el corazón se le detuvo. ''Se repite la misma historia''; pensó.
YOU ARE READING
Entre el Callao y Miraflores | PECHI2P
FanfictionPerùxChile 2p/ Latin hetalia. En uno de los distritos màs distinguidos de la ciudad de Lima (Miraflores), Miguel, un joven peruano y pituco, acostumbrado a la buena vida, a la comida cara y el buen vestir, conocerà en un evento desafortunado, a Ma...