Close To You

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(...)

Manuel contrajo las pupilas, y sintió de pronto, la emoción y el nerviosismo de Miguel.

¿Desde cuándo que su padre no le llamaba? Pensò entonces Manuel. Seguramente, aquello nunca habrìa ocurrido, a juzgar por la emoción, y el ìmpetu que Miguel mostraba.

—¡M-mi papà nunca antes me había llamado por cuenta propia! —exclamò Miguel, con las mejillas sonrosadas, y con una sonrisa inundada de nostalgia—. ¡E-estoy tan nervioso que...! ¡Ay, què nervios!

Miguel se alzò de su silla, dando pequeños brincos de alegría. Sacudìa el celular con ìmpetu, el que, por cierto, aùn sonaba entre sus manos.

Manuel entonces, no pudo evitar, como acto reflejo, el sonreìr enternecido.

No sentía simpatía por el padre de Miguel —después de saber todo lo que èl habìa hecho con su hijo—, pero, no podía negar que amaba ver a Miguel asì de feliz.

Y si Miguel era feliz, èl también lo era.

Era sumamente conmovedor, ver a Miguel asì de emocionado, por una llamada que su padre, por primera vez, hacìa de forma voluntaria hacia èl.

Miguel entonces, se sintió amado en esos instantes.

Y se sintió nuevamente, como un pequeño niño.

Joder... ¡Què tierno se veìa! Manuel sintió que su corazón, latìa con fuerza por ello.

—E-estoy muy emocionado, Ma-Manu... —susurrò Miguel, reteniendo pequeños grititos—. M-mi papà... èl me está llamando... ¡por cuenta propia! Tengo que... contestar. Sì; tengo que contestar.

Manuel comenzó a reir despacio.

—Claro, mi amor; contesta. ¿Quieres que te de privacidad? Probablemente... quiera conversar contigo algo importante.

Miguel, que respiraba con rapidez, torció los labios en una sonrisa. Observò a Manuel, y en un leve movimiento, asintió.

Manuel entonces sonriò.

—Estarè en la habitación —le dijo a Miguel, tomando su taza de té caliente, y alzándose de la silla.

Miguel corrió hacia èl, le beso los labios, y Manuel, sonriò.

Se volteò de la sala de estar, y a los segundos, Manuel se encerrò en la habitación del apartamento. Miguel, con movimientos ansiosos, entonces observó la pantalla de su celular.

''Papà <3, llamando''. Se leìa en ella. Miguel sonriò extasiado, y sintiéndose muy dichoso en esos instantes, por ser merecedor de la atención de su padre, entonces contestò.

Miguel no pudo retener su alegría, y fue èl, quien entonces hablò de inmediato.

—¡Ho-hola! ¡¿Papà?! ¿Còmo estàs papito? ¡E-estoy muy feliz de que llames, papà! ¡Te extrañaba mucho! ¡He estado pensando en t...!

Entre el Callao y Miraflores | PECHI2PWhere stories live. Discover now