Ella era hija única y siempre se refugió en casa, salir de ahí era un gran paso hacia su madurez. No tenía miedo, estaba decidida a regresar con un gran trabajo para apoyar a su familia con la casa y con los gastos. Ese era su sueño. Con una sonrisa en la boca se dirigió hacia la puerta, podía observar a su padre por la ventana esperando en el auto.
-Hija, espera...
- ¿Sí? -Pregunto Astrid mientras tenía sujeta la perilla de la puerta con la mano derecha y se volteaba hacia su madre quien estaba ahí con los ojos aún más llorosos, pero con una sonrisa.
-Quería verte una última vez. Cuando estés ahí Astrid, nunca olvides de dónde vienes y enséñale a esos cerebritos lo que tú puedes hacer.
-Gracias madre, por todo. Te haré sentir orgullosa.
Astrid salió de la casa aguantándose las ganas de llorar después de que su madre le haya dicho eso, ella era su mayor inspiración, una mujer de carácter fuerte y que había superado diferentes adversidades durante su vida, era digna de admirar. Después de salir camino hacia la camioneta de su padre y subió al auto. Su padre era un hombre callado, respetable y sereno, nunca le había hecho nada malo a su esposa y por el contrario mucho menos a ella.
Fue una carretera silenciosa, nadie se animó a decir nada, aunque ambos tenían mucho para decirse, al llegar al aeropuerto aún quedaban treinta minutos para abordar y no había muchas personas con el mismo destino. El padre de Astrid se acercó a ella, la llevo hasta el lobby y se quedó con ella. Después de unos minutos ella sentía que debía decir algo.
-Papá, creo que ya están comenzando a abordar, debería subir ahora, ya sabes que con esto de los detectores y realmente no quiero atrasarme...
Su padre se levantó de su asiento mientras ella aun hablaba y la abrazo fuertemente, ese abrazo la tomó por sorpresa, no era común en él, se sintió tan cálido y real que no le dio tiempo de reaccionar, ella era fuerte, pero ese acto de su padre la había conmovido realmente.
-Estoy orgulloso de ti hija, ve y extiende tus alas, los límites solo existen en tu mente, pero mientras sigas tu corazón ni el espacio será suficiente para ti, mi pequeña.
Astrid dejo caer una lágrima por su mejilla, esas palabras habían tocado su más profundo ser, cuando abría su corazón realmente no era tan fría como lucia, podía llegar a ser una persona realmente cariñosa. Levanto la mirada y le susurro a su padre mientras aun la sujetaba.
-Te amo, papá. Jamás te olvidare, así este fuera de la tierra.
Después de eso, recogió la maleta y se dirigió hacia la sala de abordaje, mientras cruzaba el detector de metales no podía evitar pensar en su familia y en cuanto los extrañaría, pero al mismo tiempo esa era su motivación, sabía que su familia siempre estaría ahí, le tocaba a ella hacerlos sentir orgullosos, después de haber pagado el valor del boleto a Alpha, lo único que quería hacer era devolverle ese dinero a sus padres, no, mejor que eso, devolverle el doble del dinero para que ellos pudieran vivir tranquilamente, sabía que todo ese esfuerzo debía ser recompensado.

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La saga de Alpha "Primigenio"
Science FictionAlpha es la primera colonia espacial en el sistema solar. En el año 2230 dos grandes empresas una de Rusia y otra de USA consiguen crear lo que seria la primera escuela en el espacio. La historia comienza con Astrid como una estudiante que consigue...