La saga de Alpha "Primigenio"

Capítulo 31 "Trabajo duro vs Talento"

-Creó que con eso bastara, bien hecho Sweetheart, activar el protocolo de bots de rescate para atender a ese pobre chico.

-Protocolo completado. Para servirle señorita Marja.

-Ahora solo queda una, como lo supuse, esta niña si tiene espíritu, pero en la siguiente oleada será eliminada. –Ríe. -Dijo Marja mientras estaba volando en el ancho firmamento, se sentía tan libre como siempre al estar detrás del volante de la nave, sabía que lo que estaba por venir no eran cazas comunes, la siguiente oleada era para pilotos conocedores, si no dominaban la nave, no durarían mucho tiempo en el aire.

-Nico 17, dime cuanto falta para la siguiente oleada de cazas, tengo 6 detrás mío, no se cuanto más pudiera aguantar.

-Tiempo restante para los 20 minutos, quedan 2 minutos, 30 segundos. Al menos eres la última estudiante que queda Astrid.

-Aún no gano, pero con la ayuda que me dio Yorkie sobre como usar el salto dimensional, podré aguantar un poco más.

- ¿No crees que deberías usarlo un poco antes? No lo has practicado, no sabes cuanto tiempo deberás dejarlo pisado.

-Te diré algo Nico 17, puede que la profesora Marja tenga un oído súper desarrollado, pero yo también tengo algo, intuición, cuando sea el momento indicado usaré el salto. Yo sabré cuanto tiempo dejare presionado el pedal.

-Entendido. Admiro tu fortaleza y valentía Astrid, déjame ayudarte todo lo que pueda.

-¡Sí!, puedes hacer algo, averigua cual es el mejor atributo de esta antigua nave, con eso yo sabré como vencer a Marja.

-Entendido, analizando estructura de la nave Farbatti, Comparando datos con naves adyacentes, descartando estructura y similitudes. Procesando... ¡Lo tengo!, solo hay una ventaja de la Farbatti, pero estamos por entrar a la cuarta oleada, quedan 10 segundos.

-Muy bien, suficiente tiempo, explícame, mientras yo me encargo de Marja.

Nico 17 comenzó a proyectar la ventaja de la nave Farbatti a Astrid, el tiempo corría y esta vez ella no se esperaba lo que pasaría a continuación. Por otro lado, Marja seguía sobrevolando esquivando los cazas, su punto débil igual se encontraba dónde estaban sus pies, ambas ajustaron el punto débil en el mismo lugar.

Mientras tanto el contador llegaba a uno, la pantalla en la cabina de Astrid fue interrumpida por la señal de la VOR, proyectando su rostro desde la nave.

-Vaya que has aguantado, nada mal para tu primer día niña, pero lo que sigue a continuación es para pilotos acostumbrados al vuelo, toma mucha práctica, así que no te sientas mal por salir en esta ronda. –Dijo Marja desde su pantalla, buscando provocar a la joven.

-Gracias profesora, sin duda me ha demostrado que esta pasión la tenía oculta, ahora sí quiero ser el mejor piloto y estaré más cerca una vez que le gane. –Pensó Astrid, mientras desde su pantalla se podía ver la sonrisa que tenía. Al mismo tiempo la profesora igual dejo salir una sonrisa, como cuando te encuentras a alguien que comparte tu misma afición, no era rivalidad, era una competencia, ambas amaban lo que hacían, lo demás no importaba en esos momentos, simplemente lo estaban disfrutando al máximo.

Los estudiantes en las gradas estaban impacientes, muchos tenían un nerviosismo recóndito por mantener los ojos en lo alto de la sala, pero también estaban exaltados, no podían contener la emoción, ver a Astrid como su igual dando batalla a la par de la maestra no tenía comparación, se podía sentir como si ellos igual estuvieran ahí, compitiendo, jugando en el cielo. Y que mejor que con una increíble piloto, la profesora hasta ahora había dado una excelente demostración, manteniendo a raya los cazas que la perseguían. 

Por otro lado Astrid había estado esquivando los cazas con ligera dificultad, en diferentes ocasiones estuvieron cerca de eliminarla, se podía ver la diferencia de vuelo, la experiencia es algo que se gana con el tiempo, no nace en un día, pero los estudiantes no podían negar que en su compañera se albergaba talento. 

Gritos comenzaron a levantarse desde las gradas, coreaban el nombre de Astrid desde ese pequeño punto en la tierra, no podía escucharles, pero podía sentir esa motivación cuando sobrevolaba cerca de las gradas y observaba a sus compañeros detrás del cristal, brincando fuera de sus asientos, levantando la vista y las manos como si trataran de tocarla deslumbrados por la manera en que su compañera se deslizaba en el aire.