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《¿Hablas enserio?》
El corazón de la rubia se detuvo durante unos segundos, y sintió sorpresa de como esas palabras la hicieron caer hacia atrás con una expresión de miedo en su rostro. Más no se sintió atravesada, pues al levantar su mirada, se dio cuenta de que Jungkook continuaba durmiendo en profunda y ligera paz.
《Gracias a dios.》
Definitivamente no había sido él, y eso la tranquilizó más de lo que hubiera querido. Pues prefería que fuese un asesino el que hubiera escuchado esa cursilería, antes de que fuese Jungkook, y efectivamente para su suerte, Jungkook mantenía su sueño presente, sus ojos cerrados, y su respiración pesada; además de ello, la voz que había escuchado, no se trataba de una masculina, sino que era una femenina. Aunque esto podría haber llegado a asustarla más, la voz no era de Rose, ni de ninguna chica que podría haber escuchado antes..
Lisa se levantó exasperada del suelo, tratando de buscar a la emisora de esa voz en la oscuridad de la sala.
----Por aquí flequito.. estoy aquí..---
La rubia dirigió rápidamente su mirada hacia la puerta que separaba a la sala del comedor, y fue allí cuando una gran confusión y susto se presentó en su cuerpo.
----Hola.--- la extraña de cabello negro extendió una mano hacia arriba, y comenzó a agitarla en forma de saludo, mientras que una sonrisa retorcida se plasmaba en sus labios.
----¿Q-quién eres tú?..--- preguntó asustadiza con la presencia de esa mujer, su labio inferior comenzó a temblar, y no dudo ni un segundo en levantarse del suelo.
La mujer se encogió de hombros.
----Tranquila, nena. No te asustes, ¿acaso soy tan fea? Oh dios, necesito un spa "ur-gen-te" está piel no se cuida sola, digo, ya sabes a lo que me refiero..--- sonrió antes de guiñarle un ojo y colocar su bolso en la mesita que estaba junto a el televisor. Lisa no podía estar más confundida.
La jóven era de cuerpo esbelto, piel blanquecina, labios rojizos, y ojos avellanados. Sus prendas eran bastantes elegantes, y su caminata completamente coqueta, mantenía un maquillaje oscuro y fino a la vez, una chica exclusivamente bonita por cierto; ella lucía como una jóven bastante extrovertida, de esas que tomaban completa confianza en cuestión de segundos. Pero en ese momento no tenía tiempo para describir aquello, podría ser una asesina en serie, y ella tan sólo seguía observándola.