1- Agnes

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Escuchaba el rugido del motor mientras mi piel se erizaba cada vez que movía mi mano para hacer sonar más mi preciada moto. Miré a mi izquierda, estaba Katerina, mi mayor enemiga y contrincante en las carreras ilegales desde hacía dos años. Luego miré a mi derecha, y estaba Trevor, un señor de unos cuarenta años, contrincante de mi difunto padre cuando corría aquí, en este mismo lugar.

Apreté la mandíbula cuando un vago recuerdo de Luke, la única familia que había tenido, pasó por mi mente, intentando distraerme de mi objetivo: correr y ganar esta carrera para obtener mil dólares, con los que mantendría el piso de La Medusa, mi banda.

Less dio la señal, con la bandera de cuadros blancos y negros mientras lucía sus perfectas curvas con movimientos lentos y sensuales.

Hice rugir el motor con ímpetu acelerando en menos de un segundo, sintiendo cómo el aire se adentraba por el interior de mi chaqueta y provocaba esos escalofríos electrizantes que tanto subidón de adrenalina me producían.

No iba la primera, dos chicas y tres chicos iban por delante de mí, pero no me importaba porque al menos iba delante de Katerina, y, ya se sabía que, no era cómo empezase la carrera, sino cómo acabase.

Me levanté levemente para volver a colocarme de una forma más cómoda, por lo que me incliné hacia delante mientras aceleraba y hacía un caballito con mi moto. Los silbidos de los espectadores junto al rugido de los motores hacían que cada vez la carrera fuese más excitante.

Las carreras ilegales de Slum Killer eran las más conocidas, pero también las más peligrosas, y en parte, a eso se debía su fama. Ni siquiera sabía cuál era el verdadero nombre de este barrio, solo sabía que desde que tenía memoria había sido llamado así por ser el barrio más peligroso de Portland.

Esquivé a una chica, adelantándola y provocando que se tornara furiosa e intentase alcanzarme, pero yo ya había tomado mucha velocidad como para que eso fuese posible.

Giré por donde indicaban las luces fluorescentes que llevaban las personas guiándonos a los corredores por el nuevo recorrido. En la curva, adelanté a dos de los chicos que antes iban primeros, quedando solo a unos metros de un chico y una chica que estaban a punto de chocar. Ella intentaba acercarse a él para despistarlo y provocar que cayera, y viendo a la velocidad en la que íbamos, una caída podría tener terribles consecuencias y daños irreversibles.

Pisé el acelerador con todas las fuerzas que tenía consiguiendo llegar a la altura de los chicos y pasar entre medias de ambos, mientras elevaba la rueda delante de mi moto de nuevo, sintiendo el vello de mi cuerpo erizarse gracias la emoción del momento.

A los pocos segundos vislumbré a Less de nuevo que me sonreía con orgullo, y a una gran multitud de gente que gritaba y gritaba.

Estaba a punto de llegar cuando escuché una moto más cerca de mí. Miré por el espejo retrovisor y era la moto de Katerina aproximándose más y más a mí, hasta el punto de casi alcanzarme. Antes de que eso ocurriera pasé a gran velocidad por el lado de mi amiga Less provocando que su largo pelo suelo se agitase con el viento que provoqué al pasar a solo centímetros de su lado.

Frené la moto de un giro en seco, y me bajé de mi preciosa Yamaha mientras quitaba el casco azul eléctrico de mi cabeza, sacudiendo mi alborotada melena pelirroja para intentar que mi cabello se recolocase.

Elevé los brazos en señal de victoria a la par que agitaba con una de mis manos el casco de mi moto mientras un rayo de emoción recorría mi cuerpo al escuchar los gritos de júbilo y euforia de los espectadores.

Caminé hacia mis Medusas con paso firme, prepotente y victorioso, chocando mi hombro con el de Katerina, la cual soltó un gruñido de forma recelosa.

Venenosa Tentación©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora