30- Agnes

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Escuché jadeos a mi alrededor, cosa que me hizo sacar fuerzas de algún lado y abrir los ojos, lentamente.

Eran de Tathia.

Seguíamos esposadas a la cama. Mis ojos volvieron a cerrarse sin yo poder evitarlo, pero me mantenía consciente.

Por lo poco que vi, pude apreciar como el aspecto de Tathia y Ada era aún más horrible de lo que estaba anteriormente, al igual que el mío, suponía. Sus rostros estaban más delgados, se notaban los huesos de estos.

Tomé aire para hablar, pero la voz no quería salir de mi cuerpo, limitándose solo a escuchar.

—No puedo más... —el timbre de Ada resonó por la sala, angustiada.

—Resiste, Ada... Somos fuertes...

—Estáis así por mi culpa... —respiraba dificultosamente—. Agnes lleva tres días inconsciente, nosotras despertamos ayer, pero ella...

—Carina le ha estado inyectando más sedante... Pero está bien, ella es más fuerte que cualquiera de nosotras —sentí un golpe y supuse que Tathia había recostado la cabeza en la pared.

¿Tres días inconsciente?

—Seáis o no fuertes, estáis aquí por mi culpa. Los escuché hablar... Están haciendo tiempo reteniéndoos hasta que vengan mis padres, para evitar que intervengáis —no iba a permitir que sus padres viniesen a por ella, no me imaginaba lo que eran capaz de hacerle por haberles arruinado el negocio con otros mafiosos, enemistándolos.

—No vamos a dejar que eso pase... Te torturarán.

—Me pegaré un tiro antes de que eso pase...

El silencio se apoderó de la habitación, intenté gritar, pero no tenía fuerza ninguna.

Joder...

—Tathia...

—Dime, Ada...

—No sé si voy a morir pero...

—No vas a morir.

—Bueno... Déjame acabar. ¿Te acuerdas del día... del día que me acerqué a ti en las carreras...?

—Sí... El día en el que te presenté a las demás y finalmente te integramos en la banda...

—Bien pues... Desde ese jodido día, hace tres o a saber cuántos años, no puedo sacarte de mi puta cabeza...

Se me paró el corazón. ¿Estaba diciéndole lo que yo creía?

—¿Qué...?

—Entiendo que no sea recíproco... Es más, lo he entendido siempre pero... quería que lo supieras. No pienso irme de este mundo siendo una cobarde...

—Ada, llevo tres putos años soñando con lo que acabas de decirme y... no me lo creo —cómo no me había dado cuenta hasta ahora...

Todas las piezas encajaron de golpe. Tathia odiaba a Edrick por el simple hecho de que estaba con Ada... Pensé que era una forma de protegerla, a fin de cuentas Ada siempre dejaba su corazón al descubierto.

Tathia había odiado a todas y cada una de las personas con la que Ada había tenido algo. Y... Tathia no había estado con nadie desde que la conoció.

¿Cómo había estado tan jodidamente ciega?

—Créetelo, porque es lo más real que he sentido en toda mi vida... Lástima que ya sea tarde —sus palabras me enfurecieron. No podía rendirse tan rápido, no podía dejarse morir.

—Acabo de tenerte... ¿y ya vas a abandonarme? —Tathia rio con ironía—. No, Ada, te juro que voy a luchar por ti incluso si así mismo tengo que ver el mundo caerse en pedazos...

Venenosa Tentación©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora