Una historia diferente

CAPITULO 11

PV SPENCER

Los días siguen pasando, igual que las personas lo único constante en mi vida son mis hijos: ellos cada día me sorprenden más sus ideas, proyectos su visión de la vida. A pesar de ser pequeños entienden el mundo mejor de lo que yo a su edad, a veces me hacen preguntas que me cuesta responder y una en particular me costaba responder: quién era su madre?

Siempre les respondo de la misma manera: ella es una mujer hermosa, brillante, inteligente, amorosa, en pocas palabras la mujer perfecta que me dio el mejor de los regalos: ellos. Que por cosas de la vida, ella no podía estar con ellos pero sabía que en el fondo ella los amaba igual que yo.

Cada día de la madre íbamos al centro comercial a comprar un regalo para su madre "ausente", cada uno de ellos lo guardabamos en un baúl en el ático. Para ellos los obsequios seguían en el ático pero a mi manera se los hacía llegar a JJ, solo esperaba que eso no la alentara a meterse más de lo debido en mis asuntos aunque debo admitirlo... me encanta lo que haga.

PV JJ

Las cosas con Will, estaban empeorando cada día, las peleas habían terminado pero la ley del hielo era la que regía en nuestra casa desde hace unos meses dado que solo hablábamos lo estrictamente necesario, de resto solo reinaba un silencio total en nuestra casa.

Una tarde para acabar ese silencio decidí salir con los chicos al museo naval, hoy estaban de celebración y harían un festejo para todos. Sabía que Spencer y mis chicos tambien irian porque llevaban meses hablando del tema, amaba escucharlos del tema porque sabía que era algo que los apasionaba.

Estábamos de camino al museo, cuando Penélope me llamó, me dijo que los Reid estaban con ella y que desde que llegaron no decían nada, que solo se limitaban a golpear la mesa, que si la podía ayudar a entender que tenían. Mis hijos sin pensarlo mucho aceptaron ir a ver que les pasaba a sus hermanos, que tal vez ellos podrían levantarle el ánimo.

Al llegar Penélope me dijo que seguían en sus lugares desde que llegaron, los chicos intentaron hablar con ellos pero los Reid seguían sin decir nada solo golpeaban la mesa una y otra vez, intente hablar con ellos pero no recibí respuesta de parte de ellos. Luego de un rato de poner cuidado a sus movimientos supe que si decían algo pero no con un lenguaje entendible por todos, sus golpes en realidad era lenguaje Morse así que sin más fui por una libreta para anotar el número de golpes y así descifrar que querían.

Su mal humor se debía a que Spencer les prometió llevarlos al museo pero de un momento a otro cambio de planes, sin darles mayores explicaciones. Así que no lo pensé dos veces y le dije a Penélope que los llevaría conmigo, finalmente también iba a llevar a mis hijos, ambos se emocionaron. Fue así cómo pude pasar una tarde con mis hijos, la mejor de las tardes que hemos pasado en mucho tiempo.

PV SPENCER

De nuevo estoy en mi casa, en mi sala, en mi sillón favorito pensando en porqué mis relaciones amorosas no funcionan. Los restos de mi teléfono están a un costado del sillón como muestra de mi poca tolerancia a la frustración. Sabía que debía pararme e ir a buscar un teléfono nuevo porque en cualquier momento me podían llamar de la oficina.

Mi razonamiento me decía que debía pararme e ir por el maldito teléfono pero mi fuerza de voluntad era nula, así que seguí en mi sillón por lo que sentí que eran horas, hasta que siento que alguien llamó a la puerta. Contra mi voluntad me pare y al abrir vi que era Emily, no sabia porque estaba en mi puerta pero lo agradecí, necesitaba distraer mi mente y que mejor que una buena conversación.

Un rato despues estabamos conversando de muchas cosas sin sentido, con una buena comida y un par de cervezas frente a nosotros, por fortuna mis hijos pasarían la noche con Dave y volverían hasta el dia siguiente.

Al levantarme me dolía desde la cabeza hasta los pies, creo que esta mas que comprobado que el alcohol y yo no somos amigos, Emily y yo amanecimos en la sala, ella en el sillón más grande y yo en el suelo, así que mi espalda me dolería todo el día, algo que con unos buenos analgesicos no ayuden a sobrellevar. 

 PV JJ

Hace unos dias decidi tomarme un tiempo para mi, nada de trabajo o familia, así que empaque mis cosas y me fui a unas cabañas a las afueras de la ciudad, si me necesitaban debían dejarme un mensaje con una vieja amiga que vivía en la ciudad cercana, solo ella sabia exactamente como encontrarme.

El estar lejos de todos y todo me ayudo a relajarme completamente, nada de teléfonos, quejas, reclamos, cosas por hacer... podía ser simplemente yo. Me levantaba a las 6 me arreglaba, iba por el desayuno, luego volvía a mi habitación por mi libro y me iba a sentar cerca del lago, en la tarde almorzaba y me iba a nadar un rato, en las noches comía y mientras observaba el cielo tomaba una copa de vino, en pocas  palabras la vida perfectamente tranquila que muchos desearían... salvo yo.

Cada día bajaba al pueblo e iba al local de mi amiga, donde guardaba mis aparatos electrónicos. Revisaba mi teléfono para ver los mensajes de mis cuatro pequeños, solo por eso salia de mi burbuja de paz: necesitaba de sus voces, sus risas, sus gestos para tener la calma tan anhelada.

Lo más curioso de todo esa pequeña aventura es que solo cinco personas estuvieron todo momento en mi cabeza: Henry, Michael, Nathan, Mackenzie y Spence... Spence se había introducido tanto en mis pensamientos que podía olvidarme de absolutamente todo y todos pero él y mis hijos, era imposible. En ese viaje comprendí que él era mi todo, que todo tiene sentido sólo si él está cerca, que estoy locamente enamorada de él desde que lo conocí pero que confundí mis sentimientos y deje escapar una oportunidad de una historia con él, que mi matrimonio con Will fue un total error salvó por mis hijos, ellos son mi regalo del cielo y no cambiará nada de esa parte de mi historia, que estoy viviendo en una mentira que solo me lastima día a día y que si no la termino pronto, no solo yo saldré lastimada, pero es tan difícil tomar este tipo de decisiones sabiendo que se puede perder más de lo que se apuesta.