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El pastel había sido una excusa y a la vez no, pero de verdad lo agradeció ya que necesitaba tomar aire fresco.

Hoseok se encontraba a su lado en el asiento de copiloto, bajando la ventana de la camioneta para aspirar el atardecer y evitar sentirse abrumado por el olor de su amigo.

—¿Por qué estás tan inquieto?
—Preguntó finalmente aquello que habían acordado no hablar frente a las demás personas.

—No tengo idea—Musitó el menor, bastante irritado.—Pero salir se siente bastante bien.

—¿Eso significa que lo del pastel no es real?

—Oh no, es verdad que lo olvidé.

Ambos chicos se sumergieron en risas y comentarios triviales, haciendo sentir a Jungkook relajado y olvidando toda la tensión y el mal momento que le había hecho pasar su lobo.

A pesar de todo lo sucedido y las mentiras ingenuamente aceptadas como verdades por su familia, Jungkook se sentía feliz de estar sintiendo de nuevo esas sensaciones familiares que pensaba, había dejado atrás, creyendo que nunca más volvería a estar de esa manera con sus amigos de la infancia y alguna parte de él se sentía extraño, ya que se había acostumbrado a vivir solo y mantenerse por su cuenta y porqué no, se sentía bien tener un plato de comida siempre listo para él cuando en ocasiones, no cenaba por estar estudiando o trabajando y no tenía tiempo de prepararse algo, yéndose a dormir para calmar el hambre o intentando engañarlo con barritas energéticas o ramyeon.

Además, tenía su camioneta de nuevo, y la libertad de desplazarse a su antojo sin estar atado al transporte público y las multitudes era satisfactorio para él.

Pronto acabaría el receso de verano y comenzaría un nuevo semestre, una nueva universidad con sus conocidos y aquello emocionaba a Jungkook. Porque era sociable por naturaleza y adoraba estar rodeado de personas y claro, no lo iba a negar, le gustaba bastante que lo adularan, y las personas a su alrededor le brindaban la atención que quería, porque era imposible ignorar a Jungkook, simplemente inevitable no mirar a aquel omega con actitud brillante, sonrisa resplandeciente, ojos que parecían contener una galaxia entera y sobre todo, la libertad con la que vivía, no atado a los estereotipos de nivel. Jungkook era un imán influyente y todos se veían atraídos a su campo magnético.

El celular de Hoseok lo sacó de sus pensamientos y sonrió al verlo poner la llamada en altavoz, escuchando la voz de Jimin inundar el auto.

—¿Ya cenaron?

Jungkook rió.

—Aún no, Min. ¿Ya vienes?

NoCasi podían ver al otro omega hacer pucheros por la posición en la que se encontraba—Mi jefe no me deja salir temprano.

—Sabes que no es necesario que vengas.

¿Bromeas? Cena gratis y criticaremos al prometido de tu hermana.

La carcajada de Hoseok casi rompió los tímpanos de ambos chicos.

—Kook no parece estar dispuesto a despedazar al nuevo.

¿Y ese milagro?Jadeó Jimin.

Y era cierto, era un milagro que Jungkook no quisiera estar destrozando a la pareja de su hermana.

Cada uno de sus novios había pasado por el mal carácter exclusivamente dedicado para ellos, pero para Jungkook, salir con un alfa oficialmente, no era cualquier cosa. ¿A él le gustaba satisfacer sus necesidades? Le encantaba, ¿Formalizar una relación? No, definitivamente no.

EUPHORIA |KTH & JJK|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora