EUPHORIA |KTH & JJK|

스물 셋

"Woe is me"

La mañana fue un auténtico caso, más del que Jungkook fue capaz de soportar.

No debería acostumbrarse a despertar junto al alfa. Pero estaba comenzando a encontrar bienestar en abrir los ojos y sentir el calor del alfa junto a él, acurrucado a su lado en casi posición fetal, protegiéndose de los malos sueños de los que ingenuamente, Taehyung pensó que Jungkook los haría desaparecer.

Pero no es así como funciona.

Al contrario de la otra ocasión, Jungkook iba completamente preparado: Tomó una ducha y se vistió con sus prendas limpias, dejando la ropa sucia encima de la mochila entreabierta, para solo amontonarla dentro cuando tuviera que salir. Salió del cuarto de baño oliendo a Taehyung, pero no le importó que su cabello desprendiera un suave olor a coco, porque de él podía imaginar levemente al alfa.

Taehyung, por su lado, seguía descansando plácidamente en su cama, totalmente sumergido en su sueño así que el omega lo dejó tranquilo, ajeno a que tenía una cita a la que acudir y uno de sus mejores amigos, le llamaba desesperado a un celular sin batería.

Comenzó a preparar el desayuno y lavó las copas sucias de la noche anterior, recordando con una sonrisa traidora la escena que se había desarrollado en ese mismo lugar la noche anterior. Y que ahora con los rayos de luz iluminando hasta los rincones de la cocina, el ambiente era distinto.

¿Hogareño, tal vez?

Jungkook no encontraba la palabra exacta que describiera la situación, pero tampoco se partiría la cabeza buscándola. Algunas cosas era mejor no saberlas, por precaución o comodidad en la ignorancia, unos pensamientos se perdían para siempre.

Partió los huevos y los mezcló con esmero. No estaba peleado con la cocina y consideraba sus talentos con la comida innatos, pero se encontraba nervioso preparando desayuno para dos. Esperaba de verdad no meter la pata esa mañana.

Sin embargo, Jungkook tenía la sensación de estar olvidando algo y mientras el omelette se hacía en el sartén prestado inundando la casa del olor de los ingredientes mezclados, se adentró de nuevo en la habitación del mayor en busca de su celular.

No debió mirarlo.

Se arrepintió después de voltear el desayuno, recargándose en la alacena con cuidado y mirar su celular en busca de alguna novedad y preguntarle a Jimin si estaba todo en orden, aunque sabía que la respuesta sería afirmativa.

No debió mirarlo.

¿Por qué tenía que ser tan desesperado?

Transportándose a una situación anterior que se había repetido dos veces, una tercera repetía los mismos sentimientos de miedo, angustia, odio...e ira, muchísima ira. Pero esa tercera vez había sido diferente: Superó los límites de lo fantasioso y molesto, adentrándose en la realidad en la que Jungkook pensó ingenuamente que estaba a salvo.

Tuvo que saber que no estaría seguro ni en su propia casa y aunque la fotografía podía ser una mala jugada, sabía en el fondo de su vientre que no lo era.

Minhoo no era un juego, y debió tomárselo en serio desde el primer momento.

Él jamás se limitaría a jugar con mensajes anónimos y amenazas vacías, no si tenía un plan previamente trazado.

Y ahí estaba la razón de aquellos mensajes y fotografía que habían ocasionado que las piernas del omega temblaran y casi se doblaran, alcanzó apenas a sostenerse de algo de lo que no estaba seguro, pues su mente se había vaciado por completo siendo sustituida por un terror auténtico en él.