열 여섯

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"Youth is wasted on the young"

—No, no. Tienes que soltar los hombros—Dijo Jimin, haciendo un movimiento con sus brazos y torso para mostrarle a Jungkook, quien imitó el movimiento pero...en pequeño.

Le fue inevitable sonreír a Hoseok al ver la forma en la que se movía el omega de cabellos oscuros intentando imitar los de su amigo, a quien le salía completamente natural.

Y aunque no debería verlo con tanta ternura, le era imposible no mirarlo de aquella manera. Tal vez la conversación de la mañana había influenciado gravemente en su ánimo y alborotado a su lobo más de lo que tenía permitido pues lo único que rebotada en su mente eran las palabras del menor y sus grandes ojos oscuros brillantes de querer ayudar:

—Muchísimas gracias, Kook—Había musitado Hoseok con los ojos vidriosos cuando lo escuchó hablar —De verdad te lo agradezco, hablaré con mi hermana para que pueda asistir.

Jungkook acarició su antebrazo con el cariño reflejado en cada una de sus expresiones y la mirada del alfa brilló aún más mientras maniobraba para conducir y brindarle apoyo al alfa.

—Lamento no haber estado aquí para ti cuando ocurrió todo esto—Se disculpó de corazón, porque era algo que llevaba cargando en su pecho desde que se enteró de lo sucedido.

Se lamentaba de no haber estado a lado de uno de sus mejores amigos cuando su hermana casi muere a causa de los golpes cuando su esposo se enteró de su embarazo, ni cuando levantaron demanda y tuvieron que ir a juicio, o cuando solo le dieron una multa al hijo de puta que casi acaba con la vida de lo único que tenía Hoseok en su vida ni tampoco cuando casi muere nuevamente por el lazo roto que después de meses, no sanaba.

Los ojos del omega también se aguadaron y la nariz comenzó a picarle mientras vió a Hoseok soltar pequeñas lágrimas, recordando el dolor que aún estaba presente en sus vidas.

—Si estabas conmigo—Murmuró con la voz entrecortada—Siempre lo estás, Jungkook.

El menor hizo un puchero y la vista se humedeció, impidiéndole ver con claridad por lo que tuvo que parpadear fuertemente.

No entendía porque personas con corazones tan puros tenían que sufrir la podredumbre de seres humanos como aquellos, que lo único que hacían era dañar a los que los rodeaban y poner en riesgo sus vidas.

Ni siquiera era suficiente la ley y aunque lo fuera, el dinero les impedía meter al desagraciado en la cárcel al no poder seguir pagando los juicios.

Pero ya estaba con ellos nuevamente, y Jungkook recompensaría todo lo que se perdió por una vida que se terminó desmoronando junto con él. Pero sería fuerte por y para las personas que lo rodeaban y justo por eso, saldría delante de sus problemas y los ignoraría si era necesario para brindar la ayuda correcta.

Primero ellos y hasta el final, él.

Hoseok confirmaba que esa constante necesidad de ayudar y acoger era exclusiva de los Jeon, pues su padres les habían dado de manera indirecta lo que habían perdido: a Jimin y a él le acogieron en sus brazos y los hicieron sentir en familia, aunque no compartieran lazos sanguíneos.

—Esto ayudará a tu hermana—Dijo Jungkook convencido más que nunca—Y también la terapia.

Hoseok asintió, pasando su mano por el rostro para borrar esas lágrimas que habían salido al ver la preocupación latente del pelinegro y se obligó a tranquilizar su acelerado corazón.

—Las sesiones grupales han ayudado muchísimo, esto la fortalecerá.

—Y Minhee también estará perfecta.

EUPHORIA |KTH & JJK|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora