• Extraños sentimientos •

596 86 19
                                    

Elisabeth Jones

Más de cuarenta personas salían y entraban del salón en donde se estaba por hacer la fiesta. Todos con una alta cantidad de nervios mezclado con temor.

Mujeres acomodando las mesas, mozos trayendo la vajilla y los floristas y decoradores encargándose del escenario. Todos parecían tener una función en este lugar, que ejecutaban con el cuidado y la preocupación necesaria. Nadie quería fallar, no si querían salir ilesos de este lugar, ya que, después de todo, era la gran fiesta de máscaras de las hijas Jones. Una noticia hecha un furor por los medios digitales y tradicionales. Algo absurdo en mi opinión, ya que literalmente festejábamos que este año seguíamos con vida.

Fijo mi vista en las mesas redondas, que tenían un mantel color plata con unas rosas bordadas de color dorado. Diversos platos blancos y unos cuantos cubiertos plateados decoraban las enormes mesas, al igual que unas servilletas finas de color beige. Según Isabella, todas estas cosas horrendas combinan a la perfección con nuestros vestidos. Otra cosa que me parece absurda e innecesaria.

Todas estas personas se veían realmente preocupadas por esta estúpida fiesta, tal vez piensan que por poner un vaso y un plato los convertirán en los mejores decoradores del mundo, pero solo se deja ver su desesperación por conseguir la aprobación de la creadora de esta estúpida idea: Clara Williams.

Mientras ellos se preocupan que las cortinas combinen con sus calzones, yo estoy preocupada por salir con vida de esta trampa mortal. Me tomé el tiempo de saber el lugar y aspecto en donde iba a ocurrir la dichosa fiesta que estaba en boca de toda la gente importante en el ámbito empresarial. El lugar es inmenso, con dos puertas de entrada y dos de salida de emergencia; hay diez baños para hombres y mujeres. Una enorme barra de tragos, con cientos de barrenderas, un escenario absurdamente gigante y un lugar exclusivo para la cabina de música.

Quise venir a ver con mis propios ojos a quienes están trabajando aquí, intentando saber quién podría ser culpable, víctima o, tal vez, un maldito don nadie que limpia pisos en fiestas.

Aunque todo es en vano, en verdad hay mucha gente aquí. Todos preocupados por hacer bien su trabajo, y, aunque yo soy una de las cumpleañeras, nadie me presta atención. Aún así, no me pienso rendir tan fácilmente.

Isabella podía fingir mejor que yo en algunas situaciones. Ella salía con Jackson, hablaba con normalidad conmigo y Adam, se reunía con Clara para terminar de planear la fiesta; era ella misma. Mientras que yo me ahogaba en el miedo, apenas comía e iba a la escuela.

Pero sabía que por dentro ella se estaba desmoronando tanto como yo, sino peor. Todavía no logro entender los motivos que tienen esas personas para acosarnos y amenazarnos. Nunca hicimos un mal tan grande como para merecer este tipo de trato. Supongo que estamos malditas por demonios infelices.

En las cartas se notaba a leguas el odio que nos tenían, pero ese odio iba dirigido exclusivamente a nosotros dos, aunque en las cartas hablaba de los demás miembros de la familia Jones. Supongo que estamos cosechando la mierda que sembró el maldito de Adam toda su vida.

Pero, aun así, aun cuando dudo de mí misma, debo ser más inteligente que esos culpables. Debo ganar tiempo y debo proteger a Isabella. Siento que los que escribieron las cartas quieren hacer algo más que solo amenazar y acosar.

Debo detener esta atrocidad antes de que se vuelva una masacre.

###

Me siento exhausta. Hace más de dos días que no duermo, pero sigo parada gracias a dos energizantes diarios y al temor que siento en la nuca. Abro la puerta de casa, tiro al suelo la mochila que traigo y avanzo hasta llegar al sofá. Al momento que hago el amague de recostarme en él, un grito chillón me despierta de mi somnolencia, y pienso lo peor.

CULPABLE | COMPLETA ✔️ (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora