CULPABLE | COMPLETA ✔️ (+18)

• Siempre es ella •

Bred

Su mensaje me había tomado con sorpresa en su momento, no creí que fuera ella quien me buscara; tal vez sí en el pasado, pero no ahora.

Debo de admitir que me alegré y emocioné mucho al ver su mensaje en mi celular. Elisabeth seguía teniendo mi número guardado, me había contactado, y tan solo pensar en eso hacía que miles de emociones brinquen sin control por todo mi cuerpo. Parecía un estúpido adolescente de quince años mirando el mensaje que su crush le había enviado, en vez de parecer un supuesto adulto responsable de veinte años que ya debía haberse olvidarse de una niña que no corresponde sus sentimientos. ¿Soy patético? Sí. ¿Y qué?, ella siempre me ha dañado, no importa si lo hace una vez más.

Me encuentro caminando bajo la escasa luz que dan los únicos dos postes luminosos de este pobre barrio, mi antiguo hogar. Las humildes casas son muy conocidas para mí y me estremezco al saber que estoy a unas cuantas cuadras de mi antigua casa. Me pregunto si seguirá allí. Con sus deteriorados cimientos, sus ventanas viejas y un jardín horrendo, que mamá se mostraba determinada a que luzca decente con las flores que papá le regalaba.

—Llegas tarde, Bred. —Su voz me hace volver a la cruda realidad. La busco entre la semi oscuridad que hay en la vieja plaza, no tardo mucho en hallarla. Elisabeth se encontraba vestida de negro, con un buzo enorme de ese color que tanto le gusta, encapuchada y con su largo cabello casi rubio suelto. Estaba sentada en la parte final de un tobogán viejo y oxidado; y, si no fuera por su linda y pequeña cara, daría mucho miedo verla en esa temerosa posición en un lugar con poca luz.

—Tenía otras cosas que hacer... —Me excuso al llegar en frente de ella.

—Mmm...

¿Mmm? ¿Qué mierda quieres decir con ese "mmm"? Ahh, esta chica me pone los pelos de punta al no entender sus muecas y sonidos.

—No diré nada de los Williams. —Son los nervios los que me hacen hablar, debido a la intensa mirada que me da. Y me maldigo por caer tan pronto en esos ojos.

Silencio por su parte.

—¿Estás seguro? —Suelta de la nada, con sus ojos bien abiertos, expectante de mi respuesta. Relame sus labios, los muerde, aún con sus ojos fijos en mí y sabiendo que los míos están en otra parte.

—Sí... —Dudo por la distracción.

—Claro que lo harás. —Me sonríe, se levanta del tobogán y se acerca lentamente a mí. Como si me estuviera acechando, y solo por eso doy dos pasos hacia atrás.

—No me comprarás con sexo como a los Williams, Elisabeth.

De nuevo, el silencio dura poco.

—Lo sé, tú eres mejor que ellos en ese tema. —Algo en mi pecho rebota al oír sus palabras—. Pero también tienes sentimientos por mí, eso te hace aún más estúpido que los Williams.

Sus palabras son hirientes, pero tiene razón. Siempre la tiene. Quiero sacar el tema que más le duele para poder salpicar un poco del veneno que ella me está lanzando, pero sé que hablar de Jeremy me afectará más a mí que a ella.

Tanto Austin como yo estamos muy por debajo de Jeremy. Jamás nos vamos a acercar tanto a Elisabeth como lo ha hecho él. Nunca vamos a experimentar el amor que ellos dos tenían. Jamás seremos amados por Elisabeth Jones, ¿acaso hay algo más doloroso que eso?

—¿Qué quieres, Elisabeth? —Mi voz tiembla un poco tras pensar en aquellas dolorosas palabras.

—Quiero saber qué tanto planean hacer los Williams. He oído a Daniel y a Adam hablar sobre ello. Esto es más extraño de lo que pensaba, y yo aún pienso que Jackson tuvo algo que ver con el asesinato de Caín. —Tenso mi cuerpo al oírla mencionar eso—. Además, su empresa está ganando mucho más que la de Adam, lo cual sería normal si tan solo no fuera una empresa que acaba de empezar. Todo ellos son extraños, se niegan a confiar en otras personas que no sean de su círculo, y tú, Bred, estás en ese círculo.