✅| Primer libro de la saga Demons completa.
Sinopsis
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"Tú sabes quién lo hizo. Eres consciente de mi muerte y serás el peón que se moverá primero a la hora de mi venganza".
En un mundo oscuro como el nuestro, nos es inevitable...
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—Señorita Elisabeth, el auto está listo para llevarla a la escuela.
—Muy bien, iré por mis cosas. Espérame en el auto.
Necesitaba hablar con Isabella, tenía que advertirle sobre los Williams. No iba a permitir que ellos se acercaran a ella y la envuelvan en lo que sea que están metidos. Y también está aquel viaje de último momento, Isabella siempre me consulta a mí antes de ir a una salida, viaje o lo que sea; es extraño.
—¿Dónde se supone que está el auto? —Dirijo mi molestia al chofer.
—Cambios de último minuto, señorita. Su padre nos ordenó que usted se iría con los Williams. —Al mismo tiempo que lo dice, una bocina de auto me hace dirigir la vista a la calle.
«Esto tiene que ser una broma».
Austin sale de su coche, extiende su brazo hacia arriba y comienza a saludarme desde la distancia de la calle que nos divide. El que no demostraba interés en saludarme era Jackson, que se encontraba sentado en el asiento del copiloto.
Con mucha resignación en mi cuerpo, me acerco a ellos y analizo cada uno de los movimientos que hacen.
—¿Qué mierda hacen aquí? —Suelto de inmediato.
—Wow, parece que alguien se levantó del lado incorrecto de la cama...
—Tu padre ha hablado con el nuestro. Nos dijo que te llevemos a la escuela para poder convivir mejor... —Jackson suelta un bostezo y apoya su antebrazo en el marco del vidrio de la puerta—. Apúrate, detesto la impuntualidad.
Estaban más que claras las intenciones de Adam tras esta acción. Lo odiaba tanto..., pero odiaba más el hecho de que le estaba dando la satisfacción de verme derrotada; yo no podía ir en contra de una de las decisiones de Adam, ni mucho menos una que tenga que ver con los nuevos aliados de su empresa: los Williams.
—Está bien... —Suspiro derrotada. Austin me sonríe abiertamente, abre la puerta del copiloto sin apartar su vista de mis ojos.
—Jackson, bájate. —El amague de una sonrisa de diversión pasa fugazmente por mi rostro.
La clara indignación en el rostro de Jackson muestra lo mucho que le desagrada la idea de que yo tomara su lugar.
—Me estás jodiendo, ¿verdad?
—Bájate, yo iré en tu lugar... —Ordeno. Jackson sale del auto con rapidez y me mira desde abajo por su altura.
—Vuelve a darme una orden, te reto .
Palabra equivocada. Nunca me retes porque perderás.