Capítulo 15

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Ava llegó el lunes al colegio sintiéndose contenta y refrescada, el fin de semana había sido tan bueno que no le resultaba para nada pesado volver a clases. De hecho le gustaba ir a clases, le gustaba aprender cosas nuevas y le gustaba compartir momentos con sus amigos.

Estaba buscando un par de cosas en su casillero, cuando vio a Sara haciendo lo mismo en el de ella. Al verla se acordó que el jueves tenían la exposición del trabajo de física, por lo que fue hacía ella para poder hablar de cómo iban a hacerlo.

— Hola Sara. — La saludó ella. — ¿Viste que el jueves tenemos la exposición del trabajo? Estaba pensando que ya que no puedes realizar los saltos en el aula, tal vez podamos buscar videos, imágenes, o filmarte haciéndolos. — Relató su propuesta.

Sara cerró su casillero y se apoyó contra este, sin responderle, y sin siquiera demostrar que la había escuchado. Estaba respirando raro y tenía la mirada perdida. Por más que sus ojos estaban abiertos y estaba viendo, parecía como si en verdad no la estuviera viendo. A Ava le pareció extraño verla en ese estado y pasó una de sus manos frente a los ojos de la otra para llamar su atención, pero esta ni se percató.

— Sara, ¿Estás bien? — Preguntó, con preocupación. — Sara, Sara, Sara. — Insistió llamando repetidamente el nombre de la otra.

Pero la otra reaccionó solamente cuando sonó el timbre, y se dirigió hacia el aula sin siquiera dirigirle la palabra.

Ava se quedó sorprendida. El sábado, cuando la había visto por última vez, Sara era una persona totalmente diferente. Ella había estado feliz por su victoria en la competencia de skates. Ahora, en cambio, parecía tan apagada. ¿Cómo había pasado de un estado a otro en tan poco tiempo?

La observó durante las clases del día y al hacerlo se dio cuenta que ella no era la única preocupada por el estado ausente y perdido de Sara. Varias de las Leyendas también lo estaban, habían intercambiado miradas preocupadas entre ellos y habían intentado animarla, fallando miserablemente. En ese momento Ava se dio cuenta que tal vez Nate y Nora habían tenido razón cuando le dijeron que Sara simplemente a veces parecía triste. Ava ya conocía un poco más a Sara, y ahora sabía que ella no era desinteresada, ni irresponsable, ni de las personas que no les importaba nada. Por eso tenía sentido que, tal vez, su estado simplemente fuera porque estaba triste. Pero, ¿qué le habría pasado para estar tan triste, al extremo de desentenderse de sus alrededores?

En el único momento que sintió que Sara había vuelto en sí fue en la práctica de baile. Sara siguió perfectamente las coreografías como siempre lo hacía, pero esta vez había algo distinto en ella. Era como si estuviera bailando con el alma, con el corazón, con todo su ser. Ava por primera vez apreció lo talentosa que ella era y agradeció -para su interior- que estuviera en el equipo.

Pero el día tendría más sorpresas, Ava se sorprendió cuando Sara preguntó por las autorizaciones y por el uniforme de baile, pudo notar como fueron temas que casi la hicieron entrar en un estado de pánico. Pero también notó como se calmó una vez que eligieron el uniforme. Y de hecho no habían elegido nada muy del otro mundo, decidieron que todos se iban a vestir con jogging o leggins negras, y cada uno tendría una remera de un color diferente para destacarse. Para eso se pusieron de acuerdo en elegir un color del que ya tuvieran una remera lisa de mangas cortas, para no tener que comprar nuevas. A las remeras iban a ponerles la inscripción "Las Leyendas de Beebo" en la parte de adelante, y un dibujo de Beebo -la mascota del colegio- en la parte de atrás. En los pies no necesitaban llevar nada, ya que el ritmo contemporáneo se bailaba estando descalzo.

Ava: turquesa.

Amaya: amarillo.

Behrad: fucsia.

I hate to see your heart breakDonde viven las historias. Descúbrelo ahora