Capítulo 34

601 70 38
                                    

Dormir en casa de Ava se sintió como una brisa cálida que la envolvió y la hizo sentir protegida. Durmió tranquila, sin pesadillas y sin interrupciones.

Se despertaron para almorzar, y Sara disfrutó de observar las vibras que había entre las hermanas Sharpe. Era lindo ver la relación que tenían, a pesar de que le generaba cierta melancolía al recordar a Laurel.

Sara pensaba que el resto del día iba a ser tranquilo, pero Ava le informó que Nora quería hablar con ella. Sara no sabía ni se imaginaba qué era lo que esa chica quería hablar con ella, pero aceptó hacerlo.

Cuando Nora llegó a casa de Ava lucía ansiosa y nerviosa. Sara no entendía que podría ponerla en ese estado para que quiera hablar con ella. ¿Habría hecho algo que lastimó o molestó a aquella chica? Ava les prestó su habitación para que pudieran hablar tranquilas.

Sara se sentó en la cama de Ava, mientras esperaba que Nora le dijera lo que fuera que quería decirle.

— Entonces, ¿de qué querías hablarme? — Preguntó ella, comenzando a sentirse ansiosa por la situación.

Nora había hecho un par de intentos de comenzar a hablar, pero se había trabado e interrumpido a sí misma. Finalmente terminaba sin decir nada, luciendo insegura y nerviosa. Las energías tensas de la otra chica estaban empezando a tensarla a ella, así que decidió intervenir y preguntarle directamente.

— Lo que te voy a decir es difícil. — Le advirtió Nora.

— Está bien. — Asimiló ella.

— Es sobre vos, tu hermana y tu papá. — Informó Nora.

— ¿Qué de nosotros? — Pidió saber ella. Nora abrió la boca, pero no pudo emitir ningún sonido. Otra vez estaba sin palabras. — Si es sobre lo que nos pasó, sobre la tortura, está bien. Fue noticias en los diarios y en los noticieros de todo el país, está bien si sabes sobre ello. — Intentó incentivarla para continuar la conversación.

— Es más que eso. Tengo miedo que me odies, pero necesito contártelo. — Dijo Nora, llena de nervios. — Mi papá es Damien Darhk. — Finalmente confesó.

— ¿Qué? — Preguntó ella, totalmente confundida y sorprendida.

— Damien Darhk es mi papá. — Repitió Nora su verdad. — La mayoría no lo sabe, porque desde que tengo cinco años que con mi mamá estamos en el programa de testigos protegidos, porque ella denunció varios de sus crímenes. — Explicó lo mejor que pudo.

— Eso es... — Comenzó a decir ella, pero no pudo continuar porque se sentía shockeada por la noticia.

— Me odias, seguro me odias y eso está bien. — Dijo Nora, rompiendo el largo silencio que se había formado entre ellas.

— No, no te odio, a quien odio es a tu papá. — Aseguró ella. — Debe ser terrible ser hija de un asesino. — Opinó, observando a la otra como si quisiera leerle la mente.

— Y debe ser terrible ser torturada, y ser testigo de las muertes de las personas que más queres. — Agregó Nora, intentando hacer lo mismo que la otra pero al revés.

Otra vez se sumergieron en un silencio cargado de energías chispeantes. Sara no sabía qué hacer con todo eso que acababa de enterarse. Ella todavía no había asimilado todo lo relacionado a Darhk, todavía no había sanado los traumas que esa experiencia vivida había dejado en ella. Su cabeza se empezó a ver invadida de recuerdos y eso no le gustaba.

— ¿Estás bien? — Le preguntó Nora.

— Si, pero necesito espacio y tiempo para asimilar todo esto. — Respondió ella, y se levantó de la cama.

I hate to see your heart breakDonde viven las historias. Descúbrelo ahora