Capítulo 27

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Ava estaba contenta de estar de vacaciones de invierno, le gustaba tener un descanso del colegio. Más cuando la última semana había sido estresante por la cantidad de exámenes que habían tenido.

La familia Sharpe iba a pasar Nochebuena y Navidad en la casa de ellos. Así que el día anterior a Nochebuena, Ashley, Amy y Ava se dedicaron a decorar todo y comprar todo lo necesario para poder preparar el menú para la cena.

Estaban colocando las luces en el comedor cuando escucharon una discusión entre sus padres que llamó su atención. Al parecer Randy no quería que su hermana y la familia de ella vinieran para la cena, porque todavía no había aceptado que Jessica fuera pansexual.

— Mamá tiene razón, ellas son familia, no hay que dejarlas afuera. — Opinó Ava, intentando intervenir en la discusión de sus padres.

— ¿De verdad me estás diciendo eso? — Preguntó Randy sorprendido.

— Papá, estamos hablando de Jessica, su sexualidad no va a cambiar la persona que es. — Argumentó ella su postura.

— No puedo creer que la estés defendiendo. — Dijo Randy, desaprobando su postura. — ¡Yo no quiero gente rara en mi casa y Jessica es rara! — Exclamó con enojo.

— Pero ella no es rara, ella es... — Comenzó a aclarar ella.

— Pero nada. — La interrumpió él. — ¿Por qué la defendes? ¿Vos también sos rara? — Le preguntó, sospechando que había algo más en esa conversación.

— Que me gusten las chicas no significa que sea rara. — Se defendió ella.

— ¿¡Cómo que te gustan las chicas!? — Preguntó él horrorizado. — Decime que es mentira, que es un chiste, que me estás diciendo esto solo para hacerme enojar. — Pidió.

— No es mentira, es la verdad. — Dijo ella con sinceridad.

— No podes ser de esta familia, yo no quiero ni voy a permitir gente rara en mi familia. — Dijo él, estallando a gran velocidad.

— Pero papá... — Empezó a decir ella.

— No quiero escucharte más, desaparece de mi vista. — Le cortó él lo que ella quería decir.

Ava sintió pánico en ese momento, podía sentir su corazón comenzar a romperse en mil pedazos. Su papá no la aceptaba, ni la iba a aceptar, ni la iba a querer más. Probablemente se iba a arrepentir de haberla adoptado. Ella no había planeado confesar su sexualidad de esa manera, pero le había salido solo, como por instinto. Había querido defender a su prima y a ella misma, pero le salió mal porque no consiguió lo que buscaba. En vez de eso, consiguió que su padre tampoco la quiera a ella.

— Mamá... — Intentó ella.

— Haz lo que dice tu padre y ve. — Le pidió Pam con calma.

Algo se rompió en ella en ese instante. Toda la situación la atravesó como si fuera algo terminal. Y es que su vida tranquila en familia había terminado... Ya había sentido ese pánico una vez, cuando había descubierto lo de su adopción. Pero resulta ser que ese no había sido su final, sino este. Y todo porque no podía ser una chica normal que le gustaban los chicos, a ella le gustaban las chicas.

Ella salió corriendo de su casa, necesitaba escapar. Corrió varias cuadras mientras lloraba, hasta que se dio cuenta que no sabía a dónde ir. Las primeras opciones que aparecieron en su cabeza fueron Gary o Nora. Pero por más que los amaba, ella quería ir a un lugar donde la entiendan y sentía que allí no iba a ser. Los padres de Gary habían aceptado y apoyado su sexualidad desde un principio, por lo que él no iba a entender el rechazo. Y Nora era heterosexual, ella no sabía lo que se sentía no encajar en los parámetros que supuestamente "debían ser normales" en cuanto a la sexualidad.

I hate to see your heart breakDonde viven las historias. Descúbrelo ahora