Capítulo 51

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Ava fue con Jax y Zari hacia la casa de Sara.

Zari fue a tocar el timbre, mientras Jax y ella esperaban a una cuadra, ya que Dinah los conocía y los tenía identificados. A los minutos Zari regresó, sin Sara.

— ¿Y? ¿Qué te dijo? — Preguntó ella, cuando la otra se unió a ellos.

— Que Sara escapó hace varios días y no la ven desde entonces. — Respondió Zari.

— Eso no tiene sentido, mamá y yo la dejamos el domingo en su casa y la vimos entrar. — Dijo Jax, sacudiendo su cabeza de lado a lado. — ¿Y de su celular? — Agregó.

— Dijo que no debe estar respondiendo porque el celular quedo en la casa. — Informó Zari lo que Dinah le había dicho.

— Eso tampoco tiene sentido, Sara tuvo su celular durante el viaje. — Dijo ella, siguiendo el razonamiento como había hecho Jax.

— Lo sé. — Asintió Zari, algo frustrada.

— ¿Entonces? ¿Qué hacemos? — Preguntó ella, sin poder quitarse el miedo que sentía.

— Esperar a que Dinah y Malcolm se vayan de la casa. — Propuso Zari.

La idea sonaba loca, pero no tanto. Jax y ella estuvieron de acuerdo, lo mejor era esperar a que ellos se fueran de la casa para poder tener la posibilidad de buscar a Sara, ver si estaba allí, ver cómo estaba. Se sentaron en la esquina y esperaron.

A las siete de la tarde Dinah y Malcolm finalmente salieron de la casa. Se subieron a la camioneta y se fueron.

Era momento de actuar.

Los tres chicos fueron a la casa y tocaron timbre un par de veces, pero no hubo respuesta. Jax llegó a la conclusión que lo mejor sería ir a la ventana de la habitación de Sara. La ventana estaba abierta, así que entraron por ella.

Sara no estaba en su habitación, pero todas sus cosas si.

— Sara no escapó, sino sus cosas no estarían acá. — Expresó ella su conclusión.

— Tenés razón. — Acordó Jax con su deducción.

— Y ahora podemos saber porque no respondía su celular. — Dijo Zari, señalando al escritorio.

El celular estaba hecho trizas, como si lo hubieran roto en varios pedazos a propósito. Todo lo que estaban observando la hacía sentir más intranquila.

Continuaron revisando la casa, pero no había rastros de Sara. Lo que sí había eran botellas de alcohol abandonadas, platos y vasos sucios, colillas de cigarrillos y un par de jeringas en la mesa. Todo estaba desordenado.

— Chicos. — Los llamó Zari, su voz sonando aterrorizada. — ¿Es eso sangre? — Preguntó, señalando un extremo del suelo.

— Creo que sí. — Asintió Jax.

— ¿Dónde está Sara? — Preguntó ella, poniendo voz a lo que a todos ellos los preocupaba y aterrorizaba.

Revisaron la casa en búsqueda de pistas, pero no encontraron nada que pueda servirles. Salieron al pequeño jardín que tenía la casa para poder tomar aire y poder decidir que hacer a continuación, cuando algo llamó su atención.

— ¿Qué es eso? — Preguntó ella, señalando una puerta que tenía candado.

— El sótano. — Respondió Jax.

— Sara. — Dijo Zari, teniendo el mismo razonamiento que ella.

Golpearon la puerta un par de veces, llamando el nombre de Sara. No obtuvieron ninguna respuesta del otro lado. A pesar de eso, ahora que tenían esa duda, necesitaban sacársela.

I hate to see your heart breakDonde viven las historias. Descúbrelo ahora