• TOMA #028

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Mangel llego al departamento casi a las once de la noche, después de que Magui se fue a trabajar al GYM a las seis de la tarde, se quedó dormido en el sofá de su casa y cuando despertó adolorido por la mala posición decidió regresar con lolito para saber si comió, era lo que más le preocupaba que no fuera a retroceder el avance que tan lentamente a logrado con su anorexia. Ambos tenían evidente tristeza en los ojos.

Se detuvo en el marco de la habitación, Lolito lo miraba sentado en la cama.

- ¿Estas borracho de nuevo?-

- No... ¿Comiste?-

- Si comí-

- Quiero ver la comida, ven aquí-

El menor se levantó sin abrochar su bata sabiendo que ésta se abriría al caminar, quería provocarlo y en efecto, Mangel no pudo evitar recorrer su torso con la mirada hasta su entrepierna, Lolito lo paso de largo intentando que el temblor de sus piernas no lo hiciera trastabillar, se dirigió a la cocina y saco del refri lo que quedó de la comida china y le mostro que faltaba una porción. Dejo los contenedores en la mesa y aunque Mangel no se lo esperaba, el menor lo agarro del cinturón pagándolo a su cuerpo.

- ¿Qué más quieres que te muestre amor?-

Su tono de voz era provocativo, necesitaba un beso, aunque fuera solo un beso de el, Lolito le mordió el mentón jalando con sus labios los bellitos de su barba, recorrió todo su mentón con los labios, depositando su humedad con la lengua, el castaño aunque quisiera ser de piedra en ese momento no lo era, su piel se estremecía ante aquel acto y para continuar, el menor comenzó a rozar su cuerpo en la intimidad de Mangel. La respiración del mayor se afectó, estaba deseando tocarlo pero, para evitarlo metió sus manos en los bolsillos traseros del pantalón y se alejó dos pasos hacia atrás.

- Me alegra que hayas comido, buenas noches-

El castaño se retiró a la habitación, Lolito lo siguió y lo observó ponerse su pijama, se mordió los labios al ver el bulto de su bóxer, tenían dos días sin hacer el amor y ellos se gozaban de diario. Mangel después de lavarse los dientes se recostó a la orilla de la cama tapándose completo. El de los ojos verdes camino al otro lado de la cama, se recostó sintiendo como hervía su vientre necesitando el peso del mayor sobre su cuerpo y no oculto lo agitado de su respiración esperando que con ese sonido su novio lo atendiera, pero Mangel apretó los ojos intentando ignorarlo y así se quedó dormido, soñando que lo amaba entre besos y caricias.

A la mañana siguiente el silencio se instaló entre ellos, Lolito lo observaba y Mangel no sabía cómo alejarlo o como dejar de sentir, solo lo ignoraba, era lo mejor que podía hacer, mientras por dentro estaba sufriendo como nunca, el ojiverde salió de la habitación ya cambiado para irse a trabajar, tenía puesto un joggers gris claro y una sudadera con capucha blanca, el cabello en una trenza.

Mangel tenía un típico pantalón de mezclilla, tenis negros y una camiseta blanca al cuerpo sin mangas ya que estaba haciendo el desayuno, se quitó la sudadera para no ensuciarse, el menor se sentó a la mesa para tomar su café, tenía en su mente la pregunta acerca del sobre con el análisis de laboratorio de Magui donde decía que estaba embarazada, deseaba con muchas fuerzas salir de la duda, pero con las mismas fuerzas le temía a la respuesta y terminaba haciéndolo aun lado, queriendo creer que solo era una estúpida casualidad ese sobre en la mochila de su novio.

Quizá por eso ha cambiado y Lenny no tenga tanto que ver... quizá él y Magui... ya no sabía ni que pensar, fuera Lenny o fuera Magui el motivo por el cual Mangel se alejaba cada vez más... cualquiera de las dos opciones era aterradora, aunque solo en una Mangel estaría en peligro, además, no podía sacar de su cabeza la noche que su novio lloraba mientras le hacia el amor ¿Debería dejarlo ir? La respuesta era sí, pero no podía aceptarlo.

BELLO POR NO DECIR MAS (MANGELITO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora