• TOMA #020

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Después de que Lolito salió de las regaderas Auron se ofreció a acompañarlo a su departamento, aunque al salir ya cambiado ni parecía que antes estuvo llorando, el de los ojos verdes ocultaba muy bien sus sentimientos, y eso era lo que más le preocupaba al castaño.

Llevaron para cenar comida china y estuvieron platicando y fumando un cigarrillo en la cocina de Lolito, aunque no hablaron nada referente a Mangel, ya que cuando Auron tocaba el tema el otro lo evadía, pero logró enterarse de lo que quería, de que Lolito no le dijo a su novio nunca los motivos por los que tenía que estar en ese trabajo, ni le contó las cosas horribles que vivió en su adolescencia.

- Hay Lolito no te tienes ni un poquito de auto comprensión, si le hubieras explicado quizá Mangel te habría entendido-

- No sabes cómo me miraba, no quiero que este conmigo por lastima y ya te dije que no quiero hablar de eso, mejor platícame lo que planeaste para tu aniversario con Borja-

- Yo nada, él se encarga de todo, solo le comprare un presente claro, siete años ya y no se quiere casar conmigo, siento que es porque ya esta cansado de trabajar para Lenny-

- Tú te puedes salir, pero Borja no, él también es un esclavo, como yo-

Auron le acaricio la mano.

- Lolito, no has comido nada, solo estas picando la comida-

- Me duele el estómago, mañana como-

- Mañana vendré temprano a comprobarlo-

- Que pesado eres tío-

Lolito aventó el plato de comida y encendió otro cigarro mientras se acomodaba en la silla para estar más cómodo.

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Mientras los recién novios estaban en el auto de Samuel despidiéndose con unos besos muy subidos de tono, el castaño fue a dejar a Willy a su casa como todas las noches, la diferencia es que ahora había un título entre ellos, tenían 24 horas de ser novios, y hasta ese momento sus besos no habían llegado a tal grado, necesitaban confianza, hace muy poco tiempo se habían conocido pero ambos sintieron el click desde el primer día y la verdad era que estaban esperando ese momento donde pudieran poseer sus labios sin sentir que era pronto o que no debían, ahora todo protocolo se estaba desvaneciendo con cada movimiento de sus lenguas.

Sus respiraciones agitadas no alcanzaban a dimensionar el sentimiento que se estaba levantando como un muro a su alrededor, Willy estaba muy nervioso por decirle que pasara, quizá tenía miedo por lo que estaba sintiendo con sus besos, pero aun así se atrevió a proponerlo aunque su voz apenas fue audible Samuel lo entendió.

- ¿Quieres pasar?-

- Si por supuesto-

Willy se bajó del auto, su sonrisa temblaba levemente y su corazón se debatía entre palpitar fuertemente o estremecerse de nervios, el chaval de ojos rasgados se caracterizaba por ser un coqueto y conquistador de chicos musculosos y altos, lo cual era un poco difícil ya que él mismo era bastante alto y fuerte, pero como era muy atractivo nunca tuvo problemas para conseguir todo lo que quería. De igual manera no se le dificultó conquistar al maestro de baile y pesas, pero había algo distinto en él que no reconocía en sus otras conquistas, eran sus ojos o su voz, algo en él lo ponía muy nervioso y no lo dejaban ser el típico Willy conquistador.

Con Samuel se sentía vulnerable, bajaba sus defensas y con esos besos que le acababa de dar descubrió que probablemente había encontrado lo que siempre soñó, unos brazos a los cuales pertenecer y dejar a un lado la soledad que su mundo de escenarios le dejaba al final del día.

BELLO POR NO DECIR MAS (MANGELITO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora