En el olvido (Princesa Encantadora)

La Orden del Emperador

En Obelia los últimos años no habían sido los mejores.

Como si tuvieran un espía, la muerte inocente de la princesa Athanasia se filtro al pueblo, y por días, barricadas y robos se realizaron dentro y a las afueras del palacio, el pueblo se sentía engañado y estafado, por aquel emperador en el que tanto habían confiado.

Pero luego de unos meses y unas tantas ejecuciones, todo se había terminado, y se había dado por sanjado el tema de la muerte de la Princesa de cabello rubio como el sol.

Pero en las calles se hablaba de ella, se dejaban flores en el lugar donde murió y se había hecho una escultura y un estanque en el bosque, a escondidas del emperador con el texto

"Por la princesa abandonada, que este pueblo eliminó.
Por la princesa del pueblo
A la princesa de sol
En recuerdo a la princesa Athanasia Day de Alger Obelia"

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El palacio era otra cosa diferente de lo que pasaba en el pueblo.

Debido a la muerte del prometido de la Princesa heredera, se habían vistos en busca de un nuevo príncipe consorte, que estuviera al mismo nivel que el Alfierce.

De esa forma Elen Elaine, el chico de las flores, se convirtió en el nuevo prometido de Zenith al mes de la muerte de Ijekiel.

La noticia no fue tomada bien por el pueblo, y tampoco para el duque Alfierce ¿Es que acaso la familia real no tenía un poco de compasión por la muerte del heredero a Duque?

La respuesta a esa pregunta, era un gran No, si bien en su inicio a Zenith le había dolido el perder al muchacho con el que había vivido tanto tiempo, solo le duró una semana, donde un bello día domingo realizó una fiesta de té con todas las damas de la alta nobleza invitadas, con Helena Elaine entre ellas, quien fue escoltado por su bello y delicado hermano, del cual Zenith no pudo evitar caer rendida.

Y como cada caprichos que la princesa quería, Claude le propuso el compromiso al Marqués Elaine, quien aún cuando sus hijos se negaban a aceptar aquel compromiso, pues a su hijo mayor no le gustaban las mujeres, mientras que Helena sabía que la princesa no era una blanca paloma, y no le agradaba, para nada, el Marqués aceptó aquel compromiso y matrimonio.

Además órdenes son órdenes y un año después, bajo las campanas de la catedral y con un gran y costoso banquete, se llevó a cabo el matrimonio de la princesa imperial Zenith de Alger Obelia y Elen Elaine, ahora Elen de Alger Obelia.

Se mudaron al Palacio Esmeralda, y cada día debían almorzar junto al emperador, quien sólo escuchaba a su hija hablar y hablar, guardando silencio, mirando al, ahora esposo de esta, comer en silencio, con la mirada apagada, mirando las flores que adornaban el centro de la mesa.

Y se preguntó ¿Es que acaso el chico no estaba feliz? Cualquier otro lo sería, en algunos años sería emperador y tenía una bella esposa ¿Que fallaba para que el chico estuviera tan deprimido todo el tiempo?

Claude lo pensó mucho, estuvo noches sin dormir, buscando una razón lógica a la actitud del adolescente, incluso le pregunto a Félix, quien hacía poco había vuelto de un viaje a las afueras de Obelia, para ver la situación de algunos pueblos.

--Si Dios te obligarán a comer chocolate por el resto de tu vida, sin que te guste y sin poder negarte porque es el ser más poderoso.... ¿Como te sentirías?. - fue lo único que dijo el pelirrojo, antes de irse a quien sabe donde, pasaba poco tiempo con Claude y eso le molestaba mucho al rubio, Felix era suyo se había encargado de eso al matar a Lillian, solo le pertenecía a él. -