Dos Pequeños "Angeles"

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Seis meses tardaron Kiel y Lucas en pedirle matrimonio a Athanasia.

La noticia la tomó por sorpresa, pues porque si bien quería a ambos chicos por igual, cosa que le había costado aceptar, tampoco sabía que estos se le confesarian al mismo cuando porfin tenían estabilidad económica.

Lucas había conseguido trabajo como el mago del pueblo, y como milagro, si trabajaba y no sólo dormía, mientras que Ijekiel se había convertido en un inversionista de varios comerciantes en Atlanta y Obelia, bajo un Seudónimo, por lo que cada vez les iba yendo mejor.

Por su parte, no había mucho que hacer, pero en una de sus salidas al mercado, había conocido a un grupo de señoras, quienes desde entonces le habían enseñado a bordar, coser, cocinar, limpiar y todas las tareas y dotes que no había aprendido cómo princesa al tener sirvientas.

A fin de cuentas cuando los dos chicos la despertaron en su cumpleaños, con un pastel mal hecho y una canasta con chocolates, jabones y rosas, supo que algo traían entre manos esos dos,llevandola durante el día a comer, pasear y realizar actividades, terminando su velada frente a un lado y con los dos chicos arrodillados frente a ella. No se negó, no tenía razones para hacerlo, los amaba, y con un apasionado beso para cada uno, y entre ellos también, cosa que le daba mucha ternura, sellaron esa promesa de vivir juntos sus vidas.

No pasaron más de dos meses y la boda se dio, en la iglesia del pueblo y con todo este invitado, con los Ernst también presentes, aunque lastimosamente Félix, no pudo asistir. Nadie del pueblo preguntó, todos allí estaban en ese lugar por algo, asesinos redimidos, antiguos ladrones o prostituta que buscaban escapar de su pasado eran unos pocos de los que vivían allí, y no podían criticar el matrimonio e tres personas, nisiquiera el sacerdote les dijo algo.

Al momento de decir el si, y firmar los papeles judiciales bajo el gobierno de Atlanta, abandonaron todo aquello que los unía a su pasado, Athanasia de alger Obelia, pasó a ser simplemente Atthy Lux, Ijekiel Alfierce pasó a ser Kiel Lux... Y bueno Lucas, Lucas Lux, el muchacho nunca dijo su apellido real por lo que no tenían idea si había algo que cambiar. Ya no eran nobles, ya no tenían más familia más que la que acababan de formar.

La fiesta duró poco, y pronto la noche llegó, donde en una sola habitación tres cuerpos se unieron en uno solo, compartiendo miles de sentimientos y emociones.

No fueron más de tres meses cuando cuando un día de nieve se convirtió en un día de radiante sol, y por el pueblo el joven mago de cabellos negros pasó corriendo y gritando

--¡Voy a ser papá!. - Gritaba el pelo negro, con el ojidorado cargado en su espalda quien también gritaba y hacía ruidos con su boca. -

y como las buenas nuevas son furor, la casa de los Lux pronto se lleno de pequeños regalos y de las damas y joven citas visitando a la mujer del lugar, para cuidarla en su primer embarazo.

Los primeros meses, fueron complicados, sufría náuseas constantemente, y dormir entre los dos muchachos se le dificultaba para poder ir al baño de noche, por lo que más de una vez había terminado vomitando encima de alguno y pasando la noche en vela mientras uno de sus esposos la cuidaba y el otro limpiaba las sábanas y ropa.

Mientras los chicos trabajaban durante la mañana, ella se quedaba en casa, siendo cuidada por una mujer de unos treinta años, Sapphire era una bella mujer de cabellos rojos como el fuego, y grandes ojos de un color gris, que sin duda le recordaban a su querido Félix. Era humilde y trabajadora, pero además, realmente buena cuidándola, tenía siete hijos, 6 de vez en cuando los menores iban con ella, por lo que se entretenía, el mayor de los hijos de la adulta cumpliría diecinueve pronto, la misma edad que ella tenía, por lo que con un amor maternal la cuidaba y daba consejos.

Pasaba sus mañanas cociendo y bordando ropa para su bebé, que esperaba fuera un niño, para que heredar la belleza inigualable de sus padres.

Por las tardes, pasado las dos de la tarde, llegaba Kiel a casa, la mujer se iba y Athanasia  era ayudada en la cocina por el peli blanco, para luego juntos, llevar el almuerzo al ayuntamiento, y almorzar con Lucas, pasaban un rato juntos y luego se quedaba con el mago, mientras Kiel volvía a trabajar, volviendo al atardecer a casa, cenaba, limpiaban y a dormir, esa fue su rutina los primeros cinco meses.

Pero luego la panza de Athanasia empezó a crecer aún más, su espalda dolía y se le dificultaba caminar, por lo que ya no podía salir con sus esposos y se quedaba mucho más tiempo cuidando de las plantas, o leyendo en casa,pensando en miles de nombre para su bebé.

Todo eso solo duró dos meses, Athanasia había entrado en labor de parto, mucho antes de lo que debía y nisiquiera Lucas con su magia habia podía hacer que esos bebés esperaran.

--¡Lucas deja de hacer tus manos brillar!. - le grito la rubia de ojos azules, soltando un grito cuando sintió una fuerte contracción, Kiel a su lado, miraba todo con los ojos abiertos, realmente pálido. - ¡Kiel no te desmayes!

En esos momentos deseo haber ido a esas clases de la partera junto a los dos chico, que ahora, parecían a punto de desmayarse mientras ella sufría

--¡DEJA DE GRITAR Y TRAE A LA MALDITA PARTERA!. - Chillo cuando escucho preguntar que hacía, Kiel cayó al piso a su lado y Lucas desapareció pronto, volviendo con Sapphire y la partera, quienes traían pijama y estaban confundidas, pero al ver la situación, solo abrieron los ojos y se empezaron a mover. -

Los momentos de esa noche, fueron confusos, entre gritos de dolor y de aliento por parte de las mujeres, Kiel Despertó desorientado, mientras que Lucas lo sostenía, mirando todo perplejo, en esos momentos, ambos chicos agradecía ser varones y no tener que sufrir aquello.

Así bajó una luna llena, el llanto de dos bebés se hicieron presentes en la casa Lux, y Athanasia se dejó caer rendida.

Kiel mirada todo aún aterrado, y con miedo en su mirada y bajo las sonrisas burlona de las mujeres, cargo al primer bebé, era pálido, y de su cabecita se veían una pelucilla de cabello blanco, era pequeño, tanto que podía tomarlo con un solo brazo. Lo admiro mucho rato, el niño estaba calmado, hinchado y con sus ojos cerrados, pero aún así, para el era lo más hermoso que había visto.

A Lucas le pasaba algo parecido, había recibido al segundo bebé, lo cual era una sorpresa para los tres pues Siempre pensaron en uno solo, era más pequeñito que el otro bebé, 6 su cabecita tenía pequeños mechones de cabellos negros, aun sin abrir sus ojos.

--Mis hijos... Quiero verlos. - murmuró la mujer, luego de ser limpiada por las otras dos, quienes luego de dejarla limpia, fueron por cosas para los bebés. -

Athanasia miró a los dos pequeños, uno a cada lado, y como si fuera instinto, estos abrieron los ojos, uno mostró unos grandes ojos rojos rubíes, la mezcla entre los ojos de la rubia y los del mago, mientras los del más pequeño, eran idéntico a los de ella. Bien ni idea como es que se parecían a los tres, e incluso iba a comentar algo sobre ello, pero vio la sonrisa de Lucas y entendió que era causa de él y sus trucos.



Una semana se tardó Félix en llegar al pueblo a conocer a sus nietos, como les gustaba decirle, los aprecio mucho tiempo, en su cuna, mirando cada detalle de ellos, y pasando horas con ellos en brazos, sin decir nada ni emitir palabras, su estancia fue corta, lo suficiente para que el emperador no se enterara ni sospechara.

--Cuídense chicos, y cuiden a esos dos Angelitos. - dijo el pelo rojo, mirando a los bebés en brazos de sus padres, quienes miraban curiosos. -

Phoenix, el de mirada ruby sólo se Escondió contra las calientes prendas del pelinegro, mientras que Haim, seguía mirándole, bostezando luego de unos segundos, causando la risita de parte del caballero, y de él albino que lo cargaba.

Si supieran que los mellizos no tenían nada de ángeles.....




En el olvido (Princesa Encantadora) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora