En el olvido (Princesa Encantadora)

Ezra

El muchacho estaba escondido detrás de unos pilares, mirando la gran muestra de magia. Y mas que nada, al bello chico que había aparecido como una mariposa.

Si bien al inicio sus planes habían sido el poder ver, al menos de lejos a su padre. Esa idea había desaparecido de su cabeza, apenas había visto al par de magos aparecer.

—Bueno... Con esa última entrada damos inicio a estas pruebas para ver si pueden ayudar a los príncipes. —el heterocromatico , miro a quien hablaba, había visto en los libros al mago ancestral, y sin duda, verlo joven era una sorpresa. Se lo imaginaba viejo y feo. —

— Príncipe Ezra ¿Que hace aquí?. —la voz de Félix a su espalda le hizo saltar, y se giro lentamente, para mirar al adulto, que aún seguía aparentando unos veinte. — Creo haberle dicho que la princesa no quería que viniera

El pelirrojo Soltó un suspiro y solo le hizo un gesto al adolescente que hacía pucheritos. Ezra era mucho más alto, media fácilmente 1.95, pero su actitud de niño pequeño, solía hacer roce con su físico. Félix, no se quejaba, le habían dejado a cargo del chico desde que este entró al palacio, y el rubio era bastante divertido, y le alegraba bastante.

Ezra, era un hijo ilegítimo. Un niño bastardo del príncipe consorte,y por lo mismo, no tenía permitido salir del palacio o recibir visitas a menos que fueran las únicas dos familias que sabían de existencia: La familia Elaine y la familia Jarvis.

Ezra había nacido tres años antes del matrimonio de su padre, el príncipe consorte. En aquel entonces su padre tenía diecinueve años, y salía a escondidas con él heredero al ducado de Jarvis, él famoso "Lobo solitario". El hecho de que este último era un doncel era un secreto, incluso para Elen, quien descubrió la condición de su amante cuando este le dijo sobre su embarazo no deseado. Ambas cabezas de familia estaban en contra de la relación, y el nacimiento del niño, pero luego de unos meses, un pequeño niño de cabellos rubios ondulados y unos bellos ojos, uno gris oscuro y el otro verde, nació.
Debido a que no se les permitió vivir juntos, Ezra vivió sus primeros años en la casa Jarvis, aunque hubiera recibido el apellido Elaine, siendo visitado todos los días por su afectuoso padre, quien le enseñaba cada cosa que podía sobre las flores y la naturaleza. Al menos eso fue sus primeros dos años, hasta que el Elaine mayor, desapareció y dejó de ir a verlo. Muchas veces vio a su padre llorar, mientras lo abrazaba, en ese tiempo, vio a su abuelo gritarle a su tía y como su padre pelinegro se hacía bolita con el en un rincón, asustado, intentando que no viera ni notará que las peleas eran por el.

Y un año más tarde, presenció como su padre menor, se casaba con la princesa del imperio. ¿Es que acaso no amaba a su papá? Siempre les veía abrazarse, besarse y quererse, no veía nada de malo, en su cabeza de niño pequeño nunca vio malo el amor que sus padres hombres tenían.

Unos meses después de eso, su tía se caso con su papá,debido a sus abuelos. Noto cómo su padre no era feliz, y no era capaz de mirarle a la cara. Vio a su Tía Helena sonreírle mientras las lágrimas caían. Sabía que era su culpa, y lo supo aún más cuando nació su hermano y sus abuelos le dejaron en claro Que era un error de la naturaleza el haber nacido.

A sus seis años, fue integrado en el palacio, y luego de años, vio a su papá. Lloro en sus brazos, mientras este le calmaba, le decía que todo estaría bien, que nunca lo volvería a abandonar, que estaba bien el sentirse mal.

El emperador no le dijo nada, esa sería su última opción si es que Zenith no llegaba a tener hijos, por lo que Ezra, era un príncipe imperial, un príncipe pero sin contacto social.
Zenith por otra parte, no se había tomado para nada bien el saber que Elen ya tenía un hijo, hizo un escándalo, y le grito e incluso golpeó. Pero basto sólo un par de años para que la princesa heredera terminará cayendo bajo los encantos del dulce e inocente hijo de su esposo.