En el olvido (Princesa Encantadora)

Especial 1k II

Las flores de cerezo después del invierno
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El famoso día del debut había llegado, celebrando se el mismo día que Phoenix y Haim cumplían dieciséis años.

Luego de un fuerte regaño por parte de la emperatriz, quien por su embarazo no tenía paciencia, los cuatro hombres habían tenido que ceder a que el mellizo menor pudiera ir a su debut.

Phoenix, iba perfectamente arreglado, con el traje que como heredero ebia usar, con tonos negros, rojos, azules y detalles en rojo. Llevaba la capa hacia uno de sus lados y sin dejar ver al camisa, la chaqueta cerrada hasta el cuello. Sus pantalones blancos con detalles en dorado, estaban impecables, al igual que sus zapatos negros. Su cabello arreglado, para tener una parte de su rostro despejada. La digna imagen de Claude, pero con cabellos blancos y ojos rubí.-literalmente imaginenlo con prendas idénticas a Claude en eld ebut de Atthy-

Por otro lado, Haim bestia un traje en colores claros, el blanco y el celeste acompañaban los detalles dorados de su traje, su capa, lo único de un color oscuro de su ropa, caía hacia el lado contrario de su hermano y su cabello tenía pequeños hilos de oro adornando lo.

Si bien sus trajes se parecían, el broche a la altura del cuello hacia que diferenciaran además de sus colores , uno llevaba el símbolo imperial, y el otro del ducado Alfierce, correspondiendo a donde eran herederos.

El debut masculino era bastante parecido al femenino, normalmente eran escoltados por mujeres que ya hicieron su debut y era mucho menos movido que el resto, los bailes no son tan seguidos y la mayoría solamente va para hacer contactos.

Nix, iba con su madre, quien aún con su abdomen inflado, Lucía un bello vestido verde, con detalles en sus mangas, muy parecido a una toga griega, acompañado de joyas y la corona en su cabeza.

—Su majestad, La emperatriz Athanasia Day de Alger Obelia, y su alteza, el príncipe heredero Phoenix Day de Alger Obelia.—la voz de Félix sonó fuerte, mientras, ambos bajaban por las escaleras, mientras todos se inclinaban.— Lady Harmony Robein y el príncipe Haim Day de Alger Obelia.

Luego de la emperatriz, la mujer más cotizada, era la capitana de la primera caballería, Harmony Robein, quien desde pequeña se había visto interesada en el esgrima y ya a sus diecisiete había ganado múltiples batallas.

Esa noche, Haim, se sentía realmente afortunado, si bien había quería ir con su madre, Nix le había ganado, pero a cambio, su escolta y mejor amiga, había decidido acompañarle. Estaba entusiasmado, quería saber quien le mandaba aquellas cartas, y era lo suficientemente poderoso para esconder su presencia de su clarividencia.

Pero pronto sonrisa se desvaneció, cuando noto que era bastante diferente al resto de los jóvenes que hacían su debut. Siempre había suponido que todos los que le rodeaban eran demasiado grandes, no que el era el pequeño.

Agachó la cabeza, cosa que fue obvio para todos sus familiares presentes, siendo su mellizo el primero en sentir la vergüenza de su hermanito, no esperaba que reaccionara así. Pero aún así, se quedó en el entró, esperando a que llegarán, para poder iniciar el baile, juntos junto a sus parejas.

La pista se iluminó en el centro y la música inició. Nix bailaba con lentitud y suavidad, debido a la condición de su madre,quien sólo le sonreía y miraba con dulzura. Por otro lado Haim, bailaba como tanto había practicado, hasta que sus pies habían sangrado, parecía moverse con suavidad y elegancia.

Claude sonrió al verles bailar, y el recuerdo de su sol se hizo presente. Cuanto desearía que ella pudiera ver ese momento.

Cuando la música paro, ambos hicieron una reverencia y la pista se lleno del resto, quienes querían también bailar.