En el olvido (Princesa Encantadora)

Volver A Casa

Roger estaba sentado en la terraza del jardín trasero de la casaa,Athanasia le acompañaba, mientras vigilaba a los chicos jugar en el jardín.

Era día sábado, por lo que habían pasado tres días de su llegada.

En esos momentos, Kiel había bajado al pueblo para ayudar en un matrimonio, mientras que el se quedaba con su nuera y nietos. Entendió varias cosas en ese tiempo. Una de ellas es que de todos esos chicos el más pequeños era el que más le recordaba a su hijo de pequeño, estaba constantemente tranquilo, leyendo y escribiendo. El resto eran más inquietos, y parecían disfrutar molestando se entre ellos.

Cada día se reía por las travesuras de los dos gemelos, quienes aún recibiendo múltiples regaños, no se detenían. También descubrió que su nieta mayor amaba bailar, y lo hacía espectacular, posiblemente algo heredado de su difunta abuela,tambien se dio cuenta que tenía un carácter fuerte y aún cuando su físico demostraba algo más de edad, ella seguía comportándose de forma inmadura. Luego estaba Amaré, quien era más tranquilo, pero no tanto como Tao, se mantenía haciendo cosas, descubrió que el niño cocinaba realmente bien y que le gustaban mucho los inventos, cosa que le recordó a Lysse cuando era más pequeño.

Se había olvidado de Lysse, ya llevaba mucho tiempo fuera y tenía que volver para seguir con sus deberes como duque. Pero, el sentimiento de tranquilidad, el ver a aquellos chicos jugar reír y vivir tranquilos querían que dejara todo para quedarse en Ambrosine.

—¿No han pensado en volver a la capital?. —preguntó Roger,  la adulta a su lado se mordió el labio y solo asintió. — entonces ¿Por qué siguen aquí?

—Por las piedras de detección de mana. — dijo despacio, dejando su taza en la mesita. — Todos ellos tienen una gran cantidad de Maná, pero Nix y Haim aún más, por ello no habíamos ido, para que no fuéramos descubiertos.

—pero los chicos ya están allá, sería una buena oportunidad, puedo ayudarles. —comentó nuevamente, los mellizos estaban en la capital ya no tenían riesgos para irse, y podría pagar a un mago para ocultar a los chicos. —

—No es nesesario Duque, pero gracias lo hablaré con Kiel. —le dedico una sonrisa, que pronto desapareció por las patadas de sus bebés en su vientre. —

Roger guardo silencio y solo le acercó una nueva almohada, para que se tapara.

—Sería bueno que volvieran a casa conmigo. —dijo despacio, esperando que con eso pudieran convencerla. —

Atthy Asintió, enrealidad no sonaba mal, pero seguía poniéndole algo nerviosa ir a la capital así que solo guardo silencio, mientras se tapaba mejor.

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—Niños, ¿Que piensan sobre mudarnos a la capital?. —Todos los jóvenes de la casa estaban en la habitación de sus padres, era entrada la noche, por lo que era el único minuto que los siete podían hablar sin interrupciones. —

—¿Tiene que ver con la llegada del señor ese?. —preguntó Vita, quien, ayudaba a su madre. A sentarse en la cama. — ¿O es por mis estúpidos hermanos?

—Ambos. —contestó Athanasia, quien suspiro y miró a sus hijos.— Se que tienen muchas preguntas y quieren saber sus respuestas, pero créanme cuando les digo que todo será a su debido tiempo

—Esta es una oportunidad para que volvamos a estar cerca de su padre y hermanos sin inconvenientes, y no tendremos que estar ocultandonos. —Dijo Kiel, despacio, antes de suspirar. —Ese señor es su abuelo, y nos quiere ayudar.