A Tu Lado | h.s

Capítulo 9

Maratón 2/3

—¿Hola?

—¡Tia Gio!

Sonreí tan pronto escuche la voz de Archie, y le hice señas a Geordi para que me esperara un momento mientras contestaba. Ella simplemente asintió y siguió hablando con el camarógrafo.

—Hola, Archie-bachie, ¿como estas?

—Bien, el tío Harry dice que no me dará mis regalos todavía.

—Así que llamaste para acusarlo — me carcajee. Ese niño era todo un caso.

—¡Si!

—Ya te dije que te los daré mañana, Archie, también es el regalo de Gio — escuché la paciente voz de Harry explicandole.

—¿Por que no viniste, tía?

Forme un puchero en mis labios como si él pudiera verme, maldiciendo a Geordi por no poder librarme del trabajo.

—Porque tengo que trabajar, Archie, peor mañana al medio día ya voy a estar allí, ¿sí?

—¿Lo prometes?

—Lo prometo.

—Okay, te paso con tío.

Quise reírme cuando ni siquiera se despidio.

Esta era la cosa, Archie cumplía mañana, pero Geordi no había podido posponer mis citas para otro dia que no fuera hoy, así que en vez de tener tres días en Inglaterra, iba a pasar solo dos. No es que me agradara demasiado la idea, por supuesto, pero tampoco podía ponerme a gritar como una desquiciada.

Harry se había ido el dia anterior porque debido al pequeño resfriado que se había prolongado mas debido a la pequeña idea de Harry el otro dia, tuvo que posponer algunos ensayos con los chicos, además, se podía decir que después de su tour estaba tomándose unas vacaciones bien merecidas.

Vacaciones con algo de trabajo, pero vacaciones al fin.

Al menos tenía mas libertad que yo.

Ya habíamos tenido una pequeña discusión por la situación, no solo por él, sino que también estaba dejando de salir con los chicos o simplemente pasar el rato haciendo algo que quería por estar trabajando, según él, Georgi no tenia ni un poco de consideración con mi salud mental. Pero bueno, no entraríamos en detalles.

—¿Como va la sesión de fotos?

—Bien, pero estoy muerta — reconocí, escuchando como bufaba bajo — estaré saliendo de Los Ángeles en dos horas, mas o menos.

—Estaré esperándote al medio dia en el aeropuerto.

—¡Gio! — me llamo Geordi.

—Tengo que irme, amor, te hablo al terminar.

—De acuerdo, te amo.

Sonreí —Y yo a ti, saluda a tu familia de mi parte.

Caminé hasta ellos nuevamente una vez que tranque la llamada. Podía ver las fotos que ya me habían hecho en la pantalla, y tenía que admitir que estaban muy bonitas. El color marrón no me quedaba mal en lo absoluto, y Jean era muy buen fotógrafo.

—¿Que te parece esta?

Me señalo una, pero en realidad no le preste tanta atención porque todas me habían gustado, así que asentí simplemente. Geordi habló un poco mas con Jean sobre cosas que no entendí de fotografía, y después se giro hacia mi con esa mueca nerviosa que no me gustaba en lo absoluto.

—Suéltalo de una vez, Geordi.

Se rió —Mañana hay..

—No.

No sabía que era, pero no iba a asistir a nada mas que no fuera el cumpleaños de Archie.

—Escúchame, Giovana.

Levante una ceja cruzandome de brazos, dispuesta a escucharla, pero ella tanto como yo ya sabia que mi respuesta seguiría siendo la misma.

—Es una entrevista con Ellen — aclaró — sera por la tarde, después de que Vogue publique la portada con tu foto, y es una oportunidad muy buena.

—Si Ellen quiere esa entrevista, la pospondra — aseguré — la conozco, si hablas con ella lo entenderá.

—Ya lo intente, y si, lo entiende, pero no tiene otro día.

La mirada en ella era suplicante, y sabía que en serio era una muy buena oportunidad para mí y mi carrera, teniendo en cuenta que era la portada de Vogue también.

—Se que tu comprendes esto, Gio.

Lo hacía, lo comprendía, pero absolutamente nada iba por delante de mi familia. Sabía perfectamente lo que significaba declinar tal petición, Geordi enfureceria, pero no me importaba si eso tenia que ver con la felicidad de Archie y Harry.

Mi viaje a Inglaterra no estaba en discusión.

—Lo siento, Geordi, pero no voy a cancelar mi viaje.

Note sus mejillas rosadas al instante, y como apretó la mandíbula con fuerza. Tenia al rededor de dos años y medio trabajando con ella, la conocía muy bien, y sabía que para ella no era lo mismo el significado de familia. Geordi había crecido prácticamente sola, y por esa misma razón no me entendía.

—¡Increíble, Giovana, eres increíble!

Me gire a ver a Jean, quien nos observaba de reojo mientras revisaba las fotos. Algunas personas también estaban al tanto de la molestia de la pelinegra, y no estaba dispuesta a ser participe de un drama como ese.

—No grites.

—Es que no puedo creer que no te tomes tu carrera en serio.

—Lo hago, pero también me tomó en serio a mi familia. Entiendo que no comprendas lo que quiero decirte, pero no puedes hacer planes sobre mis planes, ni intentar cambiarlos.

Suspiro, aun enojada, mientras acariciaba el puente de su nariz —¿Regresaras mañana mismo?

Negué con la cabeza —Pasado mañana tomare el vuelo en la tarde, llegare en tres días.

Rodó los ojos, observando unos segundos su teléfono.

—Quiero ayudarte a crecer, Giovana, pero tienes que entender que si quieres dedicarte a esto tienes que darle todo tu esfuerzo.

Mentira.

—Me dedico a esto porque lo amo, Geordi, y es por eso que paso todos los días entre cámaras y pasarelas, pero no me pidas que abandone a mi familia si tengo dos dias para verlos porque no voy a hacerlo.