Capítulo 26

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—¡Mira eso!

La bola de cristal que tenía la pista de patinaje en el centro Rockefeller era mas grande que la mano de Harry, y eso era decir ya mucho.

—Podemos dársela a Anne — propuse, porque ella adoraba nueva york.

Harry asintió mientras la movía de un lado a otro para hacer que la escarcha y los copos de nieve falsos se alborotaran por todos lados. Era preciosa.

Él metió el objeto dentro del carrito de compras que estaba manejando yo. Alessia se había perdido por algún ligar con Niall, y después de dos días de suplica conseguimos que los chicos salieran a comprar las cosas de navidad con nosotras.

La verdad es que también nos lo había complicado el trabajo. Niall y Harry habían tenido ambos que viajar a Miami Beach por algunas entrevistas, y eso significaba que no habíamos podido hablar con calma sobre como había sido su viaje esas semanas.

Pero estaba aquí, y a decir verdad no me importaba demasiado que el me dijera que las cosas las estaba llevando mejor, porque me lo estaba demostrando. Al parecer Anne logro hacerlo entender varias cosas y se notaba mucho mas tranquilo. Digamos que yo era mas de acciones que de palabras.

¿Te gusta esto?

Observe el pequeño par de tenis, y mi corazón latió con rapidez al ver lo pequeños que lucían entre sus manos. Mire de lejos como se veía sosteniendo ropa de bebé, y aunque no sabía de donde los había sacado tampoco me importó.

Los tomé con una sonrisa en el rostro. Eran de color verde oscuro y parecían ser converse. Eran tiernisimas.

Están preciosas, Harry.

¿Crees que a ella le gusten?

Levanté una ceja, divertida ¿Ella?

Bueno, creo que será una niña.

¿Por qué lo dices?

Levantó los hombros Intuición de papá.

Escucharlo decirse a si mismo papá fue mas de lo que hubiera deseado jamas, y no se si ya lo había mencionado antes pero seguramente no me había sentido tan feliz como en ese instante que lo dijo tan risueño y feliz. Podía ver ese brillo en sus ojos. Él estaba feliz. Estaba hablando de su hijo y también había escogido unos zapatitos preciosos para él.

Yo creo que será un niño.

¿Por qué?, no, sera una niña y va a ser igual de preciosa que su padre.

La modestia por delante Harry, la modestia.

Rodé los ojos riéndome y me colgué de su cuello antes de darle un beso corto en los labios.

Pues yo soy su mamá, y estoy muy segura de que sera un niño.

Mhm. No hemos pensado en nombres de niño.

Ya tendremos tiempo levanté los hombros el otro día hablando con los chicos conseguimos Elizabeth.

Se lo pensó.

Es muy bonito, ¿te gusta?

Asentí  Así podrá buscar a su media naranja que se llame Darcy.

Su risa provoco que su aliento chocara contra mi rostro, y el olor a dulce me hizo sonreír y volver a besarlo para saborearlo. Los labios de Harry eran adictivos, una droga, y yo era la drogadicta.

En serio.

Darcy también me gusta.

Volví a asentir, pensando en que podría ser una buena opción para cualquiera que fuera el sexo del bebé.

¡Harry!

Una muchacha mas o menos de mi tamaño se acercó a ambos y nos observo casi al borde del llanto. Había un hombre a su lado mas mayor que supe era su padre cuando ella le pidió que nos tomara una foto.

En un momento posamos y dejé que Harry hablaba animado con ella, pero también me dispuse a observar como es que ella le daba leves miradas de reojo a los zapatitos que Harry todavía tenía entre sus manos.

No había pensado en la prensa. La verdad es que ocultar mi embarazo no era algo primordial. Me daba igual que la gente lo supiera o no, porque sabía que cuando mi panza se notara igual se iban a enterar.

Principalmente porque no pensaba esconderme, quería presumir que iba a ser mamá y que podía ser la mejor para ese frijol. Me sentía orgullosa de llevarlo dentro de mí, y estaba orgullosa de Harry y de mí. Sin duda no tenía por que esconderme de algo que simplemente me hacía tan feliz.

Aun así ninguno se atrevió a aclarar la duda en la morada de la muchacha, y agradeci que ella fuera tan amable en no preguntarlo.

Fue un placer conocerte, cariño.

Ella me miró sonriente y se acerco a abrazarme un segundo.

Gracias por hacerlo feliz, Gio.

Mi corazón brincó por su susurro bajo sobre mi oído y la sonrisa fue casi imposible de mostrar. Yo sabía que lo hacía feliz, eso quería creer al menos, y me lo confirmaban ellas.

Nadie mas que la familia de Harry, sus amigos y esas chicas querían su bienestar, y saber que se estaban dando cuenta de que él era feliz a mi lado me dejaba un muy buen sabor de boca.

A Tu Lado | h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora