A Tu Lado | h.s

Capítulo 27

—Entonces..

Dejé las bolsas sobre la mesa con ayuda de Harry. Al instante saque la cajita que llevaba la bola de cristal de Anne y la aleje de todo lo demás para que no se rompiera.

—¿Entonces..? — se burló, fingiendo una voz bastante fina.

Arrugue la nariz mientras le daba un zape — Que no hablo así, idiota.

Escuche su risa pero me limite a sacar lo que habíamos comprado de la bolsa. Harry no tenía un poco de pinta de que iba a hacerlo, simplemente estaba recostado sobre la isla de brazos cruzados, observándome con esa mirada intensa que lo único que lograba era ponerme nerviosa. Él, por supuesto, sabía eso.

—¿Como fue tu viaje de descanso? — pregunté finalmente.

Deje la leche y el jugo en la nevera, con dificultad debido al poco espacio que ya había.

—Te dije que había suficiente jugo, Harry, ahora no tengo espacio — me quejé antes de que me respondiera.

Sentí que comenzó a caminar en mi dirección, por lo que me eché a un lado para dejarle mejor vista. Su cuerpo se planto en medio de las dos puertas y empezó a mover varias cosas para hacer mas hueco.

Observe distraída como sus brazos se tensaban cada vez que levantaba algo pesado, y ese ceño fruncido que amaba con todo mi corazón.

¿Había estado haciendo mas ejercicio?

Porque joder, estaba incluso mas grande, y no sabía si en tres semanas era posible algo así.

—Descansar fue bueno — comentó aún sin mirarme — pero descubrí que no me gusta estar sin hacer nada.

Sonreí — Harry Styles no para jamas, ¿no?

Me imitó, aplaudiendo antes de alejarse de la nevera. Estaba mas espaciosa.

—Gracias.

—De nada — se acercó a besarme — supongo que tenías razón, el viaje me sirvió para pensar.

Asentí de acuerdo. Sabía que Gemma y Anne iban a poder ayudarlo, ellas siempre han estado con el en todos los momentos difíciles y sabían mucho mejor que yo como manejarlo. Aunque yo podía decir que lo conocía incluso mejor que ellas.

No existía nada como la familia. Como las raíces. Como el lugar en el que habías crecido. Su hogar.

—Es tu hogar, Harry, siempre es bueno volver ahí y pensar un poco a solas.

Frené la acción de guardar la salsa porque él me dio vuelta. En un segundo ya no tenía el bote de kétchup en las manos porque estaba el cuello de Harry, y sus labios estaban rozando los míos con suavidad y lentitud. Tenía los ojos entrecerrados.

—Mi hogar es este, Giovana, es donde tú estés.

Entonces me besó. Jugué con sus labios antes de entrelazar nuestras lenguas y dejar que me empujara suavemente contra la puerta de la nevera que sí estaba cerrada. Jadee, acercandolo mas a mi con mis manos.

Nuestra piel era tan bienvenida en ambos que podía asegurar que esa corriente eléctrica no la estaba solo sintiendo yo en ese momento. Era lo que siempre sucedía con ambos, cuando estábamos juntos no existía nada mas a nuestro alrededor. Eramos solo nosotros.

—Dónde tu vayas, voy a ir yo. Los dos juntos, ¿entiendes? — asentí mientras daba respiraciones cortas — y en unos meses seremos tres, eso me emociona tanto que ni siquiera puedo explicártelo.

Separe un poco mi cuerpo de él y lo observe con los ojos aun entrecerrados. Su altura era notoria en ese momento y tenía que levantar la cabeza para poder encararlo. Su sonrisa ladeada me deslumbro, como siempre, y pase mis dedos por ambos hoyuelos.

Sentía todo el amor por él.

—Lamento haber sido un cobarde, pero te prometo que eso quedó atrás. Yo..se que me entiendes, se que también tienes miedo de no ser suficiente para nuestro hijo, pero déjame decirte que vas a ser la mamá mas buena, comprensible y preciosa que nadie jamas va a tener.

Mis ojos se llenaron de lagrimas que no evité que cayeran y lo abrace con fuerza. Podía sentir los latidos de su corazón ir tan rápidos como los míos, y decir que me gustaba saber que tenía ese poder sobre el era un eufemismo.

Amaba que ambos nos sintiéramos de esa forma.

—Tu y yo vamos a ser buenos papás, Harry, y estaremos con él hasta el último día de nuestras vidas. Sé que lo haremos.