Capítulo 37

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Maratón 3/3

Los gritos fuera eran iguales a los de siempre, la única diferencia era que estaba detrás del escenario con Harry y no entre el público. Sudando, nerviosa y con el corazón en la garganta.

Decir que estaba cagada era un eufemismo.

Cuando Harry se metió al baño salí corriendo hasta el saloncito junto al camerino y conseguí a Anne y a Sarah escondidas detrás de la puerta. Me reí.

Fue verdaderamente complicado traerlas aquí sin que Harry se enterara, pero bien, ya parecía estar todo listo.

—¿Las tienen?

Anne asintió.

—Esta todo listo, solo faltan tu y Harry.

Sonreí ansiosa.

Darle sorpresas a Harry era bastante agotador, principalmente porque era una figura pública y tenía detrás a muchos medios, pero había podido lograrlo sin levantar sospechas.

—Va a sospechar cuando les vendemos los ojos.

—Si, pero no sabrá que es.

No me importaba a estas alturas que sospechara. Estaba demasiado ansiosa y nerviosa como para eso. Sin embargo, fingí calma y dejé todo listo antes de caminar de vuelta al camerino con las dos bandanas para toparnos los ojos en la mano.

Cuando entre Harry estaba acomodando su saco y me observó por el espejo. Su sonrisa creció y se giró para acercarse y besarme.

—¿A donde fuiste?

Sonreí, levantando las bandanas.

—Vamos a ponernos esto.

Frunció el ceño —¿Para que?

—Es una sorpresa, anda.

Con su ayuda amarre el mío y lo descanse sobre mi frente para ayudarlo a él. Fuera era todo un revuelo por eso y no quería que viera nada de más, así que tuve que taparle los ojos para salir y hacerles ceñas a Anne y Sarah. Ellas se acercaron, y yo sonreí mientras tapaba mis ojos.

—Amor, ¿está todo bien?

Asentí, pero después recordé que no podía verme.

Cuando sentí las manos en mis hombros y el brinco de Harry a mi lado supe que ya nos estaban llevando hacia el escenario. Tome con fuerza la mano de Harry.

—Espera, tengo que..

—Un minuto para salir, Anne — avisó Jeffrey.

—¿Anne?, ¿mama?

Escuche su risa.

—No seas tan desesperado, cariño.

Entonces empuje a Harry contra mi costado y me di la vuelta para quedar de frente a él. Tantee hasta llegar a su cuello y me acerque para darle un beso.

—¿Sabes que es todo esto? — pregunté.

—No, nena.

—Bueno, cuñadito, están así porque en un momento van a saber algo muy importante.

—¿Sar..?

Su voz se cortó, y supuse que se debía a que estaba adivinando lo que estaba ocurriendo. La sunicas dos personas que sabían el sexo del bebé eran ellas dos, y seguramente el estaba recordándolo ahora mismo.

Era bastante evidente.

—Gio, ¿qué..?

—Bien, hora de salir.

Me reí cuando Harry bufo bajó por tantas interrupciones, y volví a apretar su mano cuando me alejé y dejamos que nos guiaran hasta el escenario.

El viento nos pegó de golpe, y los gritos se intensificaron por un solo instante. Todavía podía sentir las manos a mi alrededor, y de un momento a otro todo quedó en silencio.

El brillo de los reflectores que podía entrar a través de la bandana se apagó, y respiré hondo al sentir que me quitaban la bandana de los ojos.

—¿Vamos a saber ya?

Me reí aún nerviosa cuando apretó mi mano. Podía sentir sus nervios, y como no, si al menos yo me pude preparar mentalmente para ello. No podía imaginar cómo estaba él, aunque varias veces mencionó que no le encontraba lo emocionante a la intriga.

Que ironía.

—Si.

Abrí los ojos finalmente, pero la poca luz no me dejó distinguir nada. Solo apreciaba el pequeño resplandor a mi costado proveniente de la cámara de video y el flash, pero decidí enfocarme en el rostro de Harry.

Sus ojos estaban cerrados aún cuando ya no tenía la bandana, y mordía su labio con ayuda de sus dedos.

Estaba realmente nervioso.

—¡A la cuenta de tres encendemos las luces! — gritó Sarah.

Las personas comenzaron a restar entre gritos.

—¡Tres!

Cerré los ojos.

—¡Dos!

Suspiré.

—¡Uno!

Los abrí.

Sentí los pastelillos caer a mi alrededor, pero la vista se me quedó trabada en las hojas que todos sostenían en el aire.

No había querido que fueran ni rosa ni azul, en cambio, pude divisar entre el silencio y los cuerpos paralizados de las personas como las letras estaban perfectamente alineadas.

Anne y Sarah habían hecho un buen trabajo.

De pronto sentí las ya conocidas pataditas en mi estómago y desperté de mi trance para girarme en dirección a Harry y saltar sobre él. Aún estaba en shock, pero me abrazó con fuerza.

—¡Es un niño, Harry!

Grité.

Después abracé a Sarah, Anne, Mitch y a todos los demás. Los papeles aún estaban en el aire y las personas gritaban sonrientes.

It's a boy

Perfectamente cuadrado.

Harry sonreía como nunca, y comenzó a llorar cuando me observó entre su madre y la banda.

Deje que ese sentimiento de amor me comiera completa cuando se acercó a mi y me besó.

—Te amo, Gio, no pudo ser mejor.

Y yo lo sabía.

Ambas cosas. Las cosas que más ama en un mismo lugar. Su familia, nosotros, y ellos, su otra familia.

Ya después tendríamos tiempo para un baby shower más íntimo, ahora mismo solo quería ver lo feliz que él estaba siendo.

En Londres, justo donde todo había comenzado.

A Tu Lado | h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora