Capítulo 1

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Jennie conoce a Lisa en un tormentoso invierno dentro de una cafetería vacía. (Se suponía que Jennie la conocería en una costosa cena de gala, pero la vida tiene otros planes, y el invierno los apoya). Piensa que nunca había lucido peor, con el maquillaje corrido, cabello mojado y su amarga actitud. (No luce como tenía planeado, en lo absoluto).

(Después, se dará cuenta que sus planes siempre colapsan por sí solos cuando Lisa está involucrada.)

Lisa es un total contraste a la horrible nevada en el exterior. Ella es tranquila. No es para nada como Jennie imaginó. Esto hace que su corazón se apriete en su pecho, una vez, de forma dolorosa y fuerte. El alisado cabello de Lisa está de vuelta a su natural y ondulado estado debido a la nieve que se derrite sobre su cabeza, y sus ojos color avellana son suaves y calmos.

La cara de Jennie está puramente limpia, y su rabia es notable. Llegó terriblemente tarde, y la única persona por la que acudió a esta gala probablemente ya se fue.

Jennie irrumpe dentro de la cafetería viendo de mala manera a la desafortunada gente que se encuentra en su camino, y la única persona que planeaba ver, entra al establecimiento exactamente veinte minutos después.

Pero-no. Se estaba adelantando. Quiere empezar exactamente desde el inicio.

Por mucho que a ella le gustaría, la historia no comienza con Lisa.

*

El cuerpo de Johnny Kim se mira pequeño en la cama de hospital, con tubos conectados a él.

"Soporte vital," Jennie le dice a la persona en la otra línea telefónica, mientras observa a su padre acostado y sin moverse tras el vidrio. "Lo tuvieron que poner en soporte vital."

"Dios. Lo lamento tanto. ¿Quieres que vaya a recogerte?, o - ¿qué debería hacer? ¿Hay algo que pueda hacer?"

Ella se encoge de hombros, pero entonces recuerda que Kai no la ve. "No," dice. "Es-" quiere decir que está bien, que no se preocupe, pero, "No, no hay nada que hacer. Lo único es esperar."

"Y tener esperanza," su novio dice en la otra línea, determinado pero suave. "El señor Kim es fuerte. Yo lo sé."

Jennie ríe. Es un sonido hueco. "Nunca le gustó cuando lo llamabas Johnny. Ni creo que le agradaras mucho." Imagina a Kai encogiéndose de hombros por sus palabras, su cabello cayendo sobre su rostro por el gesto. Está en el armario de suministros o en el baño, escondiéndose de sus compañeros de trabajo para contestar la llamada.

"Dejaré que me golpee cuando despierte." Jennie pretende no notar que Kai usa 'cuando', y él pretende no notar que ella usa el tiempo pasado cuando habla de su padre. "Otra vez, él no está a favor de la violencia física. Mierda - ¡en un minuto!" Jennie aleja el teléfono de su oído cuando Kai le grita a alguien, es tan agudo y ruidoso para ella en estos momentos. "Te visitaré esta noche, ¿de acuerdo? Hablaremos y-."

"No." Aclara su garganta cuando se da cuenta que pudo haber sonado muy dura. "No - me gustaría estar sola esta noche."

"Oh. Está bien." Kai no la presiona. Nunca lo hace. Piensa que eso es lo que más le gusta de él. "Bueno, sólo hazme saber si...perdón, realmente necesito irme."

"No pasa nada. La Señorita Manoban te ejecutará si no te vas." Imagina su media sonrisa, leve y gentil. La cual no le ayuda a la pesadez al fondo de su estómago. "Adiós, Kai".

"Adiós. Te amo," hace un intento. Cuando ella no dice nada, él solamente suelta un pequeño suspiro, Jennie está segura que Kai no se dio cuenta que lo escuchó, y cuelga.

Ella continúa observando a su padre.

*

Al final, sí llama a Kai, estando bajo la influencia del vino y el dolor. Él llega a su casa cinco minutos después, casi como si la estuviese esperando. Justo ahora, a Jennie no le gusta pensar eso. Ella sólo quiere sentirse un poco menos miserable. Un poco menos vacía. Quiere sentirse como si su padre fuese a estar de pie en cualquier momento, lleno de vida y de desaprobación por su elección de hombres. Como si él nunca hubiese presionado fuertemente los frenos del auto, en un intento desesperado por evitar un choque con un camión, las llantas chirriando en la nieve pintada de negro. Como si -

toma mi mano | jenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora