El pasado de Murdoc

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Horas después de recoger miles de dulces, regresamos a casa completamente rendidos, mire el reloj y faltaban cinco minutos para las diez de la noche por lo que rápidamente corrí a mi habitación, cambie mi ropa, me retoqué un poco y espere que la puerta sonara. Por unos segundos creí que no me recogería debido a lo ocurrido con Stuart, pero al contrario, creo que eso lo alentó. Escuche mi puerta a las diez en punto y no fue cuestión de abrir y encontrarme con la fase que más amo de Murdoc.

Murdoc: Hola amor...te traje chocolates, flores negras y un besito de parte mía.

Reí ante la fina coquetería que Murdoc siempre hacia cada vez que se arrepentía. Agarre los regalos delicadamente y los deje encima de mi cama, nuevamente volví a la puerta con aquel galán que vestía de forma casual.

_____: Gracias lindura. -Mencione mientras marcaba un dulce beso en su suave mejilla-

Él tan solo sonrió con agrado y felicidad mientras pasaba sus manos por mis mejillas, mirándome fijamente. Entre tanto yo me perdía en esos ojos bicolor que tanto me enloquecían.

Murdoc: ¿Tú madre es artista? Porque hizo una obra muy bella.
_____: Jeje ay Murdoc...mejor callate y bésame.

Me abalancé sobre él besando de forma apasionada sus dulces labios, rodeé mis manos detrás de su cuello acercándolo más a mi. Este, por otro lado, abrazo fuertemente mi cintura apegando nuestros cuerpos.
Tristemente no duro mucho tiempo puesto que nuestra respiración se agotó y tuvimos que controlarnos un poco al punto de separarnos.

_____: Es mejor...que lo guardemos para más tarde...-Dije algo ajetreada-
Murdoc: Está bien, es formidable que nos vayamos antes de que nos vean.

Sutilmente agarro mi mano y de forma rápida nos dirigimos al Winnebago el cual nos subimos y comenzamos a irnos nuevamente por toda la ciudad. Curiosamente el viaje no duró más que una hora, me fije a través de la ventana que no había más que tan solo una calle solitaria debido a las altas horas de la noche.
Murdoc bajó del auto, para luego dirigirse a mi puerta y abrirme en un acto de caballería, tomó delicadamente mi mano derecha haciendo que baje del carro. Mire hacia todas mis direcciones y solo encontraba el hotel St George Wharf Tower, un enorme rascacielos de Reino Unido.

_____: Murdoc ¿qué hacemos aquí?
Murdoc: Ya veras, amor.

Agarro mi mano entrelazándola con la de él para entrar al lugar como una dichosa pareja enamoradiza. Mientras observaba sus alrededores el color blanco era el que le daba luminosidad a la recepción, acompañado de un enorme candelabro de cristal que le daba ese toque de elegancia al lugar, por otra parte también estaba esa gran alfombra roja que estaba de la puerta al mostrador de la señorita, sin antes mencionar sus complementos a los alrededores como: pinturas, mesones con flores y muebles que le daban aún más el toque extravagante.

Murdoc: Hola señorita, tengo una reservación aquí.
Recepcionista: ¡Ah! Si señor Murdoc, aquí tiene las llaves para su habitación. -La chica le entregó en manos las llaves mientras él las recibía- Piso 52, habitación 1512.
Murdoc: Muchas gracias.

Sin decir una palabra de lo asombrada que estaba, en un momento rápido montamos el ascensor hasta llegar a nuestro destino, parándonos en frente de esa puerta misteriosa.

Murdoc: ¿Harías los honores por mi?

Me entrego las llaves y yo siguiendo su juego abrí delicadamente para encontrarme una habitación realmente bellísima en cuanto a decoración y vista.

¿A los dos los amo? ( Murdoc, 2D y tu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora