Es el libro 2, DE LA SAGA LEON Y JILL
Han pasado varios meses después de los acontecimientos de Chris, Por consiguiente, en ese transcurso de tiempo, Jill tendrá que ver cómo su relación ya establecida con Leon, se pone en tela de juicio cuándo Ada...
Llegó a casa totalmente agotada, había caminado y apretado el paso en el último tercio del trayecto para poder llegar a tiempo.
Su condición física había ya soportado los embates del frío, la helada llovizna, y el terrible dolor de cabeza que tenía que parecía interminable.
Al entrar a su departamento se precipitó a buscar algo de ropa limpia y bañarse lo mejor posible, pero antes de eso, cepilló sus dientes a medida que su miedo a que Cecy termine llegando en cualquier momento se hacía más fuerte.
...
Por suerte eso no pasó, y Jill logró ducharse y cambiar su aspecto exterior aparentando nada fuera de lo normal, pesé a que era todo lo contrario.
15 minutos después de que terminó, el timbre de su puerta sonó, provocando un inmediato sobresalto en ella, que sin embargo, no tuvo más opción que abrir.
La mujer mayor no ocultó su mirada pensativa al ver la apariencia tan fresca de Jill en ese momento. Parecía mantener una mirada algo tímida, pero muy expuesta a la situación.
—Oh Sra. Kennedy—Exclamo aliviada—Gracias a Dios que está bien, anoche la llamé incontables veces, que hasta perdí la cuenta.
En ese momento Cecy llevaba en brazos a Dana. La pequeña infante al momento de ver a su madre enfrente, alzó sus cortos brazos para intentar llegar a ella, a tiempo que sus ojos también azules, brillaban como estrellas en la noche.
Jill fue incapaz de resistir a aquella escena, y con complaciencia de Cecy, la castaña la tomó en brazos mientras intentaba no transmitir su inseguridad hacia la bebé.
El momento madre e hija duro varios segundos, Cecy ajena a la situación esperó, pero al cabo de unos instantes, habló:
—Sra. Kennedy para la próxima vez, debería decirme a tiempo si Dana se quedará más tiempo conmigo, anoche pensé lo peor sobre usted, creí que la había pasado algo y...
—Si lo sé—Interrumpio Jill de forma sería—Fue una total negligencia de mi parte, no volverá a suceder, lo prometo.
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Cecy parecía estar más pensativa de lo normal, por su experiencia en la vida, casi podía asegurar que Jill ocultaba algo por la manera en que su rostro se movía.
—Querida, anoche hablé con tu esposo...—
—¡Que!—Grito sorprendida—¡Cómo! ¿No le contó acerca que no llegué por Dana o si?
Jill se acercó asustada hacía la mujer, que de inmediato percibió la reacción alterada y temerosa de la castaña.
—Oh no, De hecho el me llamó—Indico amablemente.
—¿En serio?—Respondio Jill ligeramente más aliviada.
—Me preguntó si te había visto, obviamente le dije si, para que no se preocupará ya que se escucha algo intranquilo, pero no le mencioné tu ubicación tal y como me dijiste.