Capitulo 2

731 61 10
                                    

Las semanas pasaban y Jill estaba cada vez más cerca de dar a luz, su vientre era enorme y ésto provocaba un gran cansancio físico en la mujer.

Por supuesto León se iba a trabajar a las 6:30 de la mañana y llegaba hasta el medio día, para ese momento, La castaña se encargaba de preparar la comida, aúnque dichos alimentos resultaban más básicos ahora.

Caramelo le hacía compañía toda la mañana, e incluso la sacaba al parque cercano para tomar algo de aire fresco, se quedaba sentada en una banca con caramelo a un lado, leía libros y disfrutaba de los cantos de la aves cercanas.

Al marcar las 11:30, se disponía a regresar y darse un baño matutino, generalmente no tenía visitas tan temprano en el día, sin embargo, en ocasiones había ciertas excepciones, un ejemplo sería Sherry o Rebecca.

...

Era viernes en la mañana, León tardaría un poco más de 2 horas para llegar y le había prometido llevarla a un día de campo cerca de la pradera que estaba a unos kilómetros de ahí, Ella felizmente aceptó.

Había regresado del parque junto a caramelo, el can entro rápidamente a tomar un poco de agua mientras que Jill pasó por la cocina.

Abrió su nevera e hizo una suave mueca en su rostro, estaba llena de comida, a duras penas cabía una botella de agua.

Jill miró una enorme rebanada de pastel de chocolate que había sobrado el día anterior, León lo había ganado en el trabajo y decidió aceptarlo.
No era amante de los postres, sin embargo, el chocolate le resultaba bastante apetitoso.

Lambió sus labios pensando en meterle un buen mordisco.

—Que rico pastel...

Mordió su labio inferior intentado resistir ante aquella dulce, y sabrosa tentación.

Bajó su mirada derrotada, estaba hambrienta y quería más golosinas de la alacena, pero no debía hacerlo, sobre todo porqué siempre molestaba a León diciendo que comiera sano o tuviera una alimentación balanceada, y ahora ella rompería eso.

—León no se enterará—Rió maliciosamente y se sirvió un buen trozo de pastel.

...

Al cabo de un rato estaba más que satisfecha,—Waw... si León pregunta fue caramelo—Carcajeo mientras se levantaba, después de darse un buen festín.

El timbre de la puerta sonó, llamando rápidamente la atención de la castaña.
Se limpio algunas migajas de pastel que aún conservaba, y se dispuso a abrir.

Sus pasos fueron lentos pero firmes, arrastraba los pies con suelo, sus pantuflas eran más cómodas que las sandalias que normalmente llevaba, por ello su uso.

Al estar a escasos centímetros de la puerta, Jill sintió un fuerte y punzante dolor en su vientre.
Se inclinó un poco y tocándolo con ambas manos, trato de resistir.

Se inclinó un poco y tocándolo con ambas manos, trato de resistir

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La historia de Leon y Jill 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora