Es el libro 2, DE LA SAGA LEON Y JILL
Han pasado varios meses después de los acontecimientos de Chris, Por consiguiente, en ese transcurso de tiempo, Jill tendrá que ver cómo su relación ya establecida con Leon, se pone en tela de juicio cuándo Ada...
La decepción a llegado a mi puerta, la ignorancia y la incredulidad consumó lo que muy en mí interior ya estaba escrito.
No estoy siendo malcriada y tampoco quiero parecerlo, mi intención no era otra que estar con León pero... Si, ese es el problema. Jill estaba en la ecuación, y la dejé de tomar en cuenta después de haberlos separado, quizás ese fue mi mayor error.
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Creó que me lo veía venir, sin embargo, no quería aceptarlo... Anoche, fuí a ver a León con una clara intención de hacerle compañía, nada fuera de normal, le llevaba la cena y planeaba dar un pequeño pasó antes de mi cumpleaños este fin de semana.
Pero... Lo que ví, lo que ví acabo de forma definitiva lo que creí que podía ser posible, y ahora... No me queda más que aceptar la realidad de León y Jill juntos.
¡Se acabó!... Ya no tengo porque seguir con ésto, no más. Ya hice demasiado y ahora lo único que me queda es mi rabia por aquella mujer. Ésto no se va a quedar así, se terminó Jill... Se terminó, me doy cuenta, que si no puedo tener a León, tu tampoco lo tendrás, sin importar si debo eliminarte de una buena vez.
Este es la última ocasión que escribo en este diario, por consiguiente, no espero volver a leerlo nunca más y recordar mi fiasco, pero bueno... No me queda más que decirte Jill, ¡Tienes los días contados!
...
Casa de los Kennedy ese mismo día
Después de ayudar a Jill a volver a traer sus cosas desde su departamento, tanto el como ella tuvieron un día más ajetreado.
Y más sí un par oficiales fueron a casa del agente para informarle que iba ser arrestado por la paliza que había recibido Chris días anteriores. No pasó de ahí, de un intento, ya que después Jill intervino y hablo por teléfono con el capitán que se encontraba en el hospital.
León no supo de que hablaron, pero según ella, le aseveró que si no quitaba los cargos al su esposo lo demandaría y lo acusaria de acoso durante meses. El capitán se reuso al principio, pero al final desistió y retiró los cargos hacia León.
Aquél conflicto los llevó toda la mañana en la comisaría, sin embargo, al salir ambos pudieron disfrutar lo que restaba de día.
El agente estaba aun lástimado, pero los cuidados que Jill le otorgaba, le había caído como anillo al dedo, por consecuencia se veía y sentía mejor. Claro ella no era una enfermera, pero teniendo ya una experiencia cuidándolo en el pasado, no tenía ningún inconveniente en hacerlo una vez más.
...
La mujer estaba contenta y alegré, se notaba en su expresión y más aún en su forma de tratar ahora a los demás. Los ataques de ansiedad que le había surgido tantas veces, habían cesado, sin embargo, debían estar latentes cuando se alterará.
