Capitulo 48

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Un mes después

Los días pasaron al igual que las semanas, Jill siguió ignorando las llamadas y mensajes que León hacia a diario, literalmente llenaba su bandeja de notificaciones todo el tiempo.

Ella no sabía exactamente cuando decidiría hablar con él, ya que prácticamente no lo había visto desde que se fue ya hace más de un mes.
Por lo tanto el tiempo había calmado un poco las cosas.

Hasta donde sabía León fue solo una vez al convenio, de ahí en fuera no volvió a sabe más de él.
Hunnigan le menciono que no lo veía más que un par de veces en el trabajo y de forma muy rápida.

Jill seguía pensando en León todo el tiempo, y a todas horas.
Pero seguía aparentemente firme en su postura de hacerlo sentir mal por más tiempo, dolor que por cierto era recíproco para ambos.

...

En algún punto debía lidiar una vez con su esposo, aún seguía usando el apellido Kennedy, se había acostumbrado tanto a ello, que de tan solo escuchar qué se refieran a ella como señora Valentine, le resultaba extraño, por ello, llegó a la conclusión de que siguiría usándolo por el momento.

El primer cumpleaños de Dana se acercaba, prácticamente estaba a dos semanas de que la pequeña Kennedy cumpliera su primer año en el mundo, por consecuencia, su madre ya estaba pensando en un pequeño convivió entre los conocidos.
Sabía que Dana aún era muy pequeña para darse cuenta de la ausencia de su padre, pero era cuestión de tiempo para que lo hiciera.

Jill no tenía pensado en qué León estuviera, pero le daba la sensación de estar siendo muy egoísta al impedir que el progenitor de la bebé no estuviera presente en su cumpleaños.

Fue así que un día, en casa de Hunnigan, la castaña charló acerca de ese tema con su amiga, y así escuchar una segunda opinión.

—¿Y donde será exactamente?—Pregunto la morena con una copa en su mano.

—En mi departamento, lo arreglaré y comprare algunas cosas para que quede perfecto.

—Suena bien pero...—alzando su ceja, Hunnigan insinuó lo siguiente:

—La pregunta del millón de dólares es... ¿Su padre estará estará presente?

La castaña no pudo evitar su incomidad ante tal pregunta, y en reacción a eso, se incorporó del sofá para tomar la botella de alcohol y servirse otra copa.

—Problamente no—Dijo sin tapujos Jill, mientras bebía de lleno la copa.

Ingrid suspiro, a tiempo que decía:

—Jill, estoy contigo en qué no regreses con el después de lo que te hizo, pero te puedo asegurar que el era igual o peor que tú en este momento, literalmente León no a sabido nada de ti, y mucho menos de su propia hija...

—Si, tu eres su madre, y puedes decidir que hacer con ella, pero León también es su padre, y esa criatura llevaba una pequeña parte de ambos, por lo tanto, lo que pasó entre ustedes es entre los dos... Pero Dana tiene el derecho de ver a León, y este último también de ver a su hija, Jill no estoy de lado de ninguno de los dos, pero él se merece también estar con ella.

 Pero Dana tiene el derecho de ver a León, y este último también de ver a su hija, Jill no estoy de lado de ninguno de los dos, pero él se merece también estar con ella

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La historia de Leon y Jill 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora