Capitulo 15

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León mintió acerca de la reservación, y es que lo había olvidado por completo.
Pero... Apesar de ello, Jill le creyó sin saber la verdad, en seguida después de tragarse la falsedad de su esposo, subió arriba argumentando que buscaría que ponerse.

Esto fue aprovecho por el hombre, que no dudo en hacer unas cuantas llamadas.

Marcó una y otra vez, a una gran diversidad de restaurantes, la mayoría le respondía que no tenía cupo, una pequeña minoría respondía que si lo tendrían pero después de las 11 de la noche.

Bajó su mirada resignado, y es que Jill lo iba a matar cuando se enterará, Pero... ¿Que podía hacer?... Llevarla a un puesto de tacos, no... debía ser inteligente o posiblemente, duerma en el sofá en los próximos días.

Busco en internet restaurantes que tengan accesibilidad sin reservación alguna.
Su vista si movía con cada oferta que visualizaba, no tenía intención de llevarla a un puesto de tacos ni mucho menos.

Al cabo de medía de hora de buscar incontables lugares para cenar, pudo encontrar, uno al sur de la ciudad.
Este era nuevo,... Relativamente, ya que había sido abierto hace un par de meses y contaba con una agradable crítica de sus comenzales.

—Mmm... Parece bien esté lugar.

Y lo mejor, no necesitaba un reservación con antelación, eso era un bonus...

Sus ojos se abrieron súbitamente al ver el costo del lugar,—Pe... Pero, que rayos sirven,... Oro.

Pese a que el precio era alto, no tenía otra opción en mente.

Cerró la laptop, y se dispuso a ducharse y posteriormente buscar algo que ponerse, no le diría nada al respecto a Jill sobre eso, después de todo no era necesario.

...

Jill había salido de bañarse y estaba lista para cambiarse, su ropa escogida se podría considerar atrevida... Quizás, para ser madre.

Un vestido no tan corto, entallado y con un escote, buscaba algo más o menos cómodo, pero sin caer en la vulgaridades.

Al sentarse para ponerse los tacones, llegó a su mente León.
No lo había visto desde hace un rato, y tampoco había hecho ruido alguno.

No lo había visto desde hace un rato, y tampoco había hecho ruido alguno

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“¿Que estará haciendo ese hombre?

Al terminar de ponérselos, se miro al espejo que estaba cerca del armario, Admiró aún su gran figura y no pudo evitar darse una que otra vuelta.
Jill no era una mujer vanidosa, sin embargo, le gustaba en ocasiones mostrar algo de piel en su vestimenta.

Se retocó por unos minutos más, y al terminar, bajo con algo de cuídado.

El fuerte aroma al perfume de León, impregnada a todo el primer piso, “Que rico olor" pensó inhalando una vez más.

La historia de Leon y Jill 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora