Wei Ying de cortesía Wuxian, discípulo de la secta LanLingJin.
Después de perder a sus padres, una bella dama de túnicas doradas lo acoge después de ayudarlo de las garras de un can, llevándolo a su secta termina por forjar una hermandad con su hi...
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Las risas de ambos niños se escuchaba por todo el jardín.
Las personas de la Torre Koi estaban felices y confundidas, su pequeño señor a su corta edad era alguien algo arrogante y enojón por lo que no se le veía jugando con los demás niños de la secta. Siempre enfocado en sus practicas con espada y sus clases, aprendiendo como ser en un futuro, un gran líder. Sabían que el pequeño Jin no era un mal niño, de hecho, era alguien tímido y amable, pero su temperamento enojón y orgulloso no lo ayudaba hacer amigos.
Así que al verlo tan sonriente y vivaz con el niño ojigris, tratando de íntimamente mientras se perseguían por todo el extenso jardin les causaba impacto.
Ese niño había logrado en un día, lo que los otros niños no pudieron en años.
Madame Jin iba saliendo de hablar con Jin GuangShan realmente satisfecha, sabía que su esposo no se iba a oponer a nada de lo que ella decidiera, mucho menos cuando se trataba de algo que realmente le importaba a su Señora.
Cuando llego al lugar donde había dejado a los niños los buscó con la mirada encontrandose con la divertida y adorable vista de su hijo llevando en la espalda a Wei Ying que reía a carcajadas. Su mirada se volvió suave y su corazón se sintió tranquilo.
Jin Zixuan alzo la mirada y se encontró con la ojos suaves de su madre, bajo con cuidado de su espalda a Wei Ying y tomándolo de la mano se acercaron a ella.
— A- Ying, A-Xuan, me alegra que se lleven bien — los niños sonrieron con un sonrojo por los apodos.
Wei Ying sonrío y dio brinquitos en su lugar—Tía, ¡Xuan-gege es genial!, quiero entrenar junto a el —
Madame Jin se río al ver la cara roja de su hijo. Carraspeo y con algo de diversión hablo
—Si es lo que A-Ying quiere — Wei Ying asintió con felicidad — Bien, entrenaras con tu Gege, creo que tienes la edad suficiente para hacerlo. —
Los menores sonrieron con emoción, aunque el Jin hizo un mal intento por ocultarlo.
Jin Jia Li sonrió aún más.
Su hijo ya esta a salvo. Sanren, Changzeya pueden estar tranquilos.
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