Capítulo 4

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El bullicio dentro de la Sala era fuerte, las sectas presentes disfrutaban del banquete y de la bebida ofrecida por su familia

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El bullicio dentro de la Sala era fuerte, las sectas presentes disfrutaban del banquete y de la bebida ofrecida por su familia.

Wei Ying miraba divertido a su hermano, hace unos momentos un discípulo de la Secta Yao se acercó a el con un sonrojo en sus mejillas, deseándole un felíz cumpleaños y después le entrego una flor.

Jin Zixuan sacaba chispas por los ojos, cualquiera que lo mirara retrocedería por la oscura mirada que le dirigía al pobre joven, quien aún más nervioso se despidió y salió corriendo con las piernas temblorosas. Suerte que todos estaba entretenidos en sus propios asuntos que no prestaron atención a la escena.

— ¡Xuan- ge! casi se hace del baño encima, que malo — Wei Ying reprochó

— No me importa, ¡Ja! Tan valiente para acercarse a ti — Zixuan rodó lo ojos al ver de nuevo la flor que se encontraba en la mano de su hermano.

Wei Ying río divertido.

Cuando siento una pesada mirada sobre su espalda. Frunciendo el ceño se giró, encontrándose con unos ojos Dorados que lo veían intensamente. Al hacer contacto visual los ojos Dorados miraron a otro lado rápidamente.

Hermoso. Fue el primer pensamiento que cruzo por la mente de Wei Ying.

Al otro lado de la habitación se encontraba el apartado de la secta de Gusu, todos ellos vestidos con túnicas tan blancas que parecían inmortales que  brillaban por la luz del sol. 

Pero toda su atención se vio atraída por una sola persona.

Su piel era tan clara que parecía estar hecha de nieve, sus ojos eran medianos de un intenso color dorado que parecían brillar más que el oro que se encontraba en toda su secta. Cejas delgadas y negras, labios delgados de color rosado, nariz finita y su mentón perfilado.  Sobre su frente reposaba una cinta con bordados de nubes, su cabello estaba bien peinado sin ningún cabello fuera de lugar, un adorno de plata reposaba sobre su cabeza, su cabello caía con gracia sobre su espalda.

Ese rostro no reflejaba ninguna emoción, estaba tan serio que por un momento dudo si era una hermosa estatua de Jade o un Humano, pero cuando esos ojos se movieron para mirarlo y después desviar de nuevo la mirada, le confirmo que si, era humano. Tan real y Hermoso.
Aún con su cara tan carente de emociones, lejos de infundirle miedo, le causaba curiosidad.

Sintió que sacudían su brazo. Parpadeó confundido y miro a su hermano que le veía con preocupación.

—A-Ying, ¿Te encuentras bien? —

Wei Ying le dedicó una sonrisa —Claro, pero...— no pudo terminar de hablar cuando un carraspeó los interrumpió.

Los hermanos desviaron su mirada a las dos personas frente a ellos.

Black PeonyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora