- ¿Qué diablos ha sido eso, Blue? - dije enfadada, a unos pasos de él.
Se limitó a suspirar y bajar la vista, avergonzado.
- Lo siento. Perdí los papeles, es que todo lo que tiene que ver contigo me supera, de verdad que lo siento.
- ¿Qué ha pasado? - insistí.
- No importa. Él es un capullo y yo debería haber sido mejor, nada más, es solo que sabe sacarme de quicio. Pero lo importante es que estamos ahora aquí, juntos.
Una mueca salió de mi rostro y Blue lo notó.
- ¿Qué pasa? ¿estás bien? - preguntó.
- Melanie está embarazada - solté sin anestesia.
- Si, lo sé, ¿y? - preguntó con total naturalidad.
Lo miré, confundida, asombrada y enfadada.
- ¿Cómo que “y”?
- No entiendo tu sorpresa, muchas mujeres se quedan embarazadas, las hadas también, no veo el prob…. - hizo una pausa - Espera, ¿no creerás ni por un segundo que yo he tenido nada que ver con ese embarazo, no? - mis ojos contestaban a su pregunta, soltó una pequeña risa - Jen - dijo acercándose a mí - yo jamás haría nada con Melani.
- Pero tenías que prometerte con ella, ¿compromiso sin sexo?.
Su mirada se mostró dolorida.
- Jamás habría hecho eso, implicaría hacerte daño y nunca lo permitiría. Usé la excusa de que habíamos ido muy rápido la primera vez y que por eso no había funcionado, así que lo mejor sería esperar al matrimonio. Cuando me enteré de que estaba embarazada de un humilde agricultor el destino pareció sonreírme, yo era su tapadera y ella la mía, ambos nos necesitábamos. Yo necesitaba que fuese mi prometida, sin nada más y ella necesitaba darle un título a su futuro hijo, todos ganábamos.
En ese momento, un gran peso que llevaba en mi espalda se diluyó pero se posicionó otro nuevo. Me había acostado con Black.
- Blue… lo siento, yo pensé que tú te habías acostado con ella, estaba enfadada y la cagué - dije en un hilo de voz, casi como si no quisiese que Blue me escuchase.
Una sonrisa dulce y piadosa apareció en sus labios y todo su cuerpo me rodeó en un abrazo.
- No tienes que disculparte. Ya sé lo que ha pasado entre tú y Black, no te culpo. El día que os vi en la playa sabía que había algo entre vosotros, algo que no podíais controlar, sabía a lo que me arriesgaba cuando te dejé con él. Tenemos suficientes años de evolución y sabiduría para entender que el corazón funciona por cuenta propia.
Su abrazo continuaba y me aferré más a él. Suspiró.
- Además, en ningún momento hemos hablado de una relación o exclusividad… pero - su voz dudó - si quieres estar con Black lo entiendo y lo respeto pero no voy a alejarme sin luchar. Quiero que sepas que te quiero y sería el hada más feliz del mundo si me eligieras a mí. Sé que esto te puede parecer muy extraño o prematuro teniendo en cuenta las costumbres de la tierra a las que estás acostumbrada pero aquí, con el Flove de por medio, no hay nada que dudar, de hecho, no sé por qué he tardado tanto.
Blue se separó, me miró a los ojos y sacó una cajita de su bolsillo.
- Princesa Jen, mi corazón empezó realmente a latir el día que te conocí, ¿me harías el gran honor de ser tu esposo? - dijo mientras se arrodillaba y mostraba un anillo plateado con una gema azul claro brillando en el centro.
En ese momento, todas mis dudas se disiparon, viendo esos ojos azules, tan preciosos y emocionados que me habían robado el corazón desde el día que los vi brillar por primera vez. Blue había puesto mi vida patas arriba desde su llegada, habíamos luchado por alejarnos sin resultado, porque al final, de una forma u otra, volvíamos el uno con el otro. Mi corazón se encogía cada vez que lo miraba, que veía ese rostro angelical y esa energía tan pura. Él era mi paraíso.
Era él. Siempre había sido él.
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Pasaron veinte días.
Ezio se había erigido oficialmente contra su padre. Este había negado todas las acusaciones, alimentando la confusión y la indecisión del consejo. Los ciudadanos de Dru apoyaban a Ezio y a su reina, yo, que me mantenía oculta en el exilio. El ejército se había fracturado, una parte había desertado y se había unido a Ezio pero gran parte de él se mantenía fiel a su líder y a su juramento, temían estar siendo manipulados, temían que Ezio mintiese y estuviera intentando un golpe de estado. El jefe del Consejo pesaba más que el regente del reino.
Ezio y sus seguidores se instalaron en la playa en la que yo había pasado mis días con Black, habían montado un campamento improvisado. La guerra se cernía sobre nosotros, podíamos sentirla, era inevitable, casi podíamos escucharla, a nuestra espalda, avisando de su llegada.
No sabíamos nada de Black, o de Dennis. Hasta aquel día. Veinte días desde nuestra despedida.
Como prometió, Black llegó a nuestra playa con un numeroso ejército a sus espaldas. Se había hecho con el mando de Dennis, ahora era su gobernante. Tyrion había abandonado el lugar con bastantes seguidores, favorables a la guerra contra Dru, hadas que jamás aceptaron ni aceptarían la paz entre hadas negras y blancas, por suerte, eran pocos pero, sin duda, darían problemas.
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Fairy Queen: Un mundo mágico [COMPLETA ⭕✔]
Fantasy¿Qué se supone que debe hacer una chica de dieciocho años que acaba de descubrir que su vida es una mentira, que hay muchas cosas más allá de la vida que conocía? Hadas blancas,hadas oscuras, luchas de poder y ella, su reina. Al nacer, una de sus do...