🌌 Capítulo III. Lo mejor que pude 🌋

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- Sofi, saca tus manos de ese traidor - oigo decir a Laura, enfurecida, mientras se acerca a David y a mi mientras nos quitamos los cascos en el aparcamiento del campus.

- No empieces otra vez, por favor - dice David divertido, colocándome delante de él, a modo de escudo.

- ¿Qué os ha pasado ya? - pregunto divertida.

- Nos va a arruinar la fiesta, verás - dice pensativa, haciendo una pausa - hay algo que hay que llevar a tu fiesta para que tenga sentido y el se niega a llevarlo, ¿puedes decirle a tu novio que hay más ropa más allá de los vaqueros y las zapatillas, por favor? - dice desesperada.

- No pretenderás que este tío de aquí se disfrace, ¿no? - dice una voz acercándose, es Marcus, uno de los mejores amigos de David.

Al poco tiempo, Sara se une a la conversación, así como un par de amigos más, yo los miro, divertida, mientras intentan discutir sobre la fiesta, en clave, para no darme información de la misma. En ese momento, comienzo a oír distorsionado, noto como el aire comienza a soplar más fuerte, lo que hace que cueste respirar aún más y ese maldito dolor en la espalda comienza de nuevo. Suelto un grito y me apoyo en el suelo, las lágrimas comienzan a caer por mis mejillas, el viento sopla cada vez más fuerte. Oigo voces preocupadas y unas manos que me rodean. De repente, el dolor desaparece y el aire vuelve a la normalidad.

- ¿Ese dolor otra vez? - me pregunta Sara preocupada, a ellos si se lo había contado. Asiento.

- ¿Quieres que te lleve al hospital? - me pregunta David preocupado meintras me ayuda a incorporarme.

- Estoy bien, supongo que tendré alguna vértebra pinzada y cuándo me dá fuerte... - digo frotándome la espalda - pero ya estoy bien, gracias - les digo sonriendo.

- Entonces, vamos a hablar de tu peinado - dice Laura sonriendo y rodeándome por el cuello, hace lo mismo con Sara y nos lleva hacia la entrada del edificio, mientras hablamos animadamente.

- Que tengas un buen día, eh - me grita David, se ríe y continúa caminando con sus amigos, dirigiéndose también hacia la entrada.

Las clases pasaron con rapidez, lo cierto es que me gustan, soy bastante inteligente y no me cuesta demasiado esfuerzo seguirlas, Sara suele bromear con que debo ser una especie de extraterrestre, que es imposible sacar tan buenas notas, tener una vida social tan activa, tener un novio buenorro, una familia que me cuida, ser tan guapa y que todo me salga tan bien; que es imposible tenerlo todo, yo me río y siempre le digo que exagera pero lo cierto es que me siento muy afortunada, de verdad creo que mi vida es perfecta, me siento realmente feliz, lo tengo todo y no cambiaría nada de mi vida, tengo buenos amigos, una buena madre, un novio increíble y me va genial en la universidad, soy el típico cliché de chica adolescente de las películas, pero ¿que le voy a hacer? soy inmensamente feliz.

- ¿Vienes a tomar tus últimas cervezas con diecisiete? - me pregunta Sara entusiasmada. Solemos a ir a un bar universitario todos los viernes, siempre está lleno de gente y nos llevamos muy bien entre todos.

- No puedo - contesté - el día antes de mi cumpleaños siempre lo paso con mi madre.

- ¡Cierto! - interviene Laura - siempre nos olvidamos de esa tradición tan bonita, no te preocupes, ve, ya lo compensarás bebiendo el doble mañana en tu pedazo de fiestón - dice completamente entusiasmada.

Me despido de todos y me dirigo a casa.

Como todos los años, mamá y yo pasamos la tarde haciendo senderismo, siempre nos vamos a descubrir un paraje natural diferente y nos pasamos horas subiendo montañas, este año caminamos hasta descubrir una preciosa cascada en medio de una montaña, era increiblemente preciosa. Lo cierto es que adoro hacer estas cosas, me encanta la naturaleza y la paz que me transmite estar en medio de la nada, con el sonido de la madre tierra, me trae una paz que no se puede comparar con nada más.

- Mamá, ¿estás bien? - pregunté una vez nos sentamos, viendo lo extraña que había estado durante todo el trayecto.

- Estoy bien - contesta con la mirada perdida - es solo que... - suspira - todo lo que he hecho ha sido por tu bien, ¿lo sabes, verdad? si me he equivocado o te he dañado no ha sido queriendo, solo buscaba tu felicidad y yo...

- Mamá - digo acercándome a ella - nuna has hecho nada mal, todo lo contrario, has sido la madre más comprensiva, luchadora y buena del mundo. No podría pedir nada más, de verdad.

- Siempre quise darte la mejor vida posible... - dijo conteniendo las lágrimas.

- Tengo la mejor vida que haya podido desear jamás - dije abrazándola.

Tras ese pequeño momento, el resto del día transcurrió con normalidad, disfrutamos del paisaje, comimos bajo la cascada y volvimos a casa. Hablé por skype con mis amigas y luego con David, me di una buena ducha y me acosté, ya que el sábado, día de mi dieciocho cumpleaños, iba a ser un día intenso.

Fairy Queen: Un mundo mágico [COMPLETA ⭕✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora